Ana Mato - internet

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Inmaculada D.R., de 29 años, la mujer apuñalada la noche del martes en Marchena (Sevilla), sufrió malos tratos desde 2004 y denunció este año a su presunto asesino, Fernando F.G., de 35 años, para quien un juzgado dictó una orden de alejamiento y de comunicación, según la Consejería andaluza para la Igualdad.

En 2004 y en 2005 estuvo dos semanas en un centro de emergencia para mujeres de la Junta por agresiones de una anterior pareja y, tanto en esos dos años como en 2011, rechazó una casa de acogida, la última vez para no separar a su hija de 3 años de su padre, el supuesto agresor, que era su tío carnal.

La víctima recibió la noche del martes varias puñaladas en la casa en la que vivía desde verano pasado con su hija y su última pareja, que también resultó herido leve en el cuello.

Según han explicado a Efe fuentes de la investigación, la actual pareja de la mujer fue el primero en ser agredido y abandonó la casa para dirigirse al centro de salud.

Antes de apuñalar a la mujer, el presunto asesino sacó a su hija de la vivienda y la entregó a unos vecinos.

Fue el supuesto asesino el que abrió la puerta cuando llegaron los agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil, quienes encontraron a la mujer muerta en la cocina con varias puñaladas y lo detuvieron.

En la mañana de ayer, decenas de personas guardaron un minuto de silencio ante el Ayuntamiento de Marchena, cuyo alcalde, Juan Antonio Zambrano, leyó un comunicado de condena, ha decretado tres días de luto y ordenó que las banderas ondeen a media asta.

La asesinada, que en 2006 presentó una denuncia pero la retiró, la volvió a presentar en 2011, tras la cual un juzgado dictó una orden de alejamiento y de comunicación contra su presunto agresor, aunque la rompían mutuamente, han apuntado las fuentes.

Después de esa sentencia, la mujer recibía la renta activa de inserción, algo menos de 500 euros al mes, terapia psicológica y participaba en un taller de autonomía, según la consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro.

Tras este asesinato, la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, condenó el suceso y lo calificó de "violencia de género", pero lo enmarcó nuevamente en el "entorno familiar".

El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, por su parte, calificó ayer de "enfrentamiento estéril" el protagonizado por el Gobierno central y el PSOE para definir la violencia contra las mujeres, y pidió a las administraciones que busquen soluciones "porque hay muchas mujeres que están muriendo".

Tras insistir en que existe un "cansancio en estas discusiones estériles", Chamizo indicó que los datos de mujeres muertas, 60 este año en el país, 15 en Andalucía y 2 en Sevilla, se han convertido en "una pesadilla", y añadió que no sabe qué pasa porque a veces es como si la sociedad se estuviera "acostumbrando".