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El Rey Don Juan Carlos ha defendido durante su tradicional discurso navideño el "comportamiento ejemplar" que deben tener todos los responsables públicos y ha recordado que "la justicia es igual para todos", por lo que "cualquier actuación censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley".

En el mensaje televisivo que cada 24 de diciembre el monarca traslada a los ciudadanos, admite que le "preocupa enormemente la desconfianza que parece estar extendiéndose en algunos sectores de la opinión pública" respecto a la "credibilidad y prestigio" de algunas instituciones, ante lo que pide "rigor, seriedad y ejemplaridad en todos los sentidos".

"Todos, sobre todo las personas con responsabilidades públicas, tenemos el deber de observar un comportamiento adecuado, un comportamiento ejemplar", defiende sin hacer ninguna referencia expresa durante su discurso al duque de Palma, Iñaki Urdangarin, inmerso en una investigación por su presunta implicación en negocios irregulares a través del Instituto Nóos que presidía.

El Rey reconoce que "es normal que la sociedad reaccione" cuando se producen conductas "irregulares" que "no se ajustan a la legalidad o a la ética". "Afortunadamente, vivimos en un Estado de Derecho y cualquier acción censurable deberá ser juzgada y sancionada con arreglo a la ley. La justicia es igual para todos", enfatiza.

Sin embargo, pide que no se generalicen los comportamientos individuales, "so pena de cometer una gran injusticia con la inmensa mayoría de servidores públicos, y también de empresarios o trabajadores del sector privado, que desarrollan su labor de forma ejemplar y honesta".

En caso contrario, advierte, se podría causar "un grave daño" a instituciones y organizaciones "que son necesarias para la vertebración de nuestra sociedad".

Ante la crisis, sumar voluntades
El jefe del Estado dedica la primera parte de su mensaje, y la más extensa, a la crisis económica, para cuya resolución pide a los responsables políticos "diálogo y altura de miras", y recomienda reconocer "con humildad" cuáles han sido los comportamientos en los que España haya podido equivocarse.

En este contexto, se dirige "con sinceridad y realismo" a la sociedad, mostrando su "confianza y optimismo" en "las virtudes del pueblo español", y avisa de que el camino para la recuperación económica "no será corto ni fácil" y exigirá "sacrificios".

Don Juan Carlos sostiene que la superación de la crisis sólo podrá darse a través del reconocimiento de los errores. "Será necesario para ello un planteamiento global", asevera antes de animar a políticos y agentes económicos y sociales a trabajar "sumando voluntades, no restándolas".

"Acercando posiciones, no distanciándolas; buscando avenencias, no rechazándolas --recomienda--. Animarles a trabajar con diálogo y altura de miras, con rigor y convicción".

A su juicio, es muy importante que la sociedad española asuma "la trascendencia del momento" y "sepa responder a los desafíos de una situación tan difícil como la que vivimos con el necesario realismo", pero también "con mucha generosidad y con mucha solidaridad hacia quienes son más vulnerables".

Cifra inasumible de desempleo
En su discurso, reconoce el carácter global de la crisis y la importancia de la Unión Europea, pero recuerda que la situación también tiene "perfiles nacionales propios" y fija como objetivo "último y cierto" la lucha contra el desempleo.

El monarca reconoce que el paro es el aspecto "más doloroso" de la situación económica y asume que la tasa de desempleo española es "moralmente inasumible para un país vertebrado, moderno y solidario". "Ciudadanos, instituciones y administraciones públicas debemos volcar nuestros mejores esfuerzos y energías en apoyo de los desempleados y sus familias", sostiene.

En este punto, hace un reconocimiento expreso a la importancia de las familias, "cuya generosidad y entrega está siendo clave para que nuestro país mantenga los actuales niveles de estabilidad social", y afirma que todas las medidas que se adopten deben tener como objetivo final la recuperación del empleo.

El jefe del Estado señala la necesidad de mantener la "estabilidad y prosperidad" de España junto a un Estado del bienestar "necesario para mantener la indispensable cohesión social que la justicia distributiva reclama". Todo ello utilizando como herramientas la educación, el trabajo, el esfuerzo, la iniciativa, el compromiso y la solidaridad.

Que ETA entregue las armas
El tercer gran asunto que el Monarca aborda en su discurso es el del terrorismo tras el anuncio del cese de la actividad armada hecho por ETA, a la que pide que entregue las armas.

"Ahora es ya tiempo de que los terroristas entreguen sus armas asesinas y desaparezcan para siempre de nuestras vidas", afirma don Juan Carlos.

El jefe del Estado asegura que "la unidad" de las fuerzas democráticas y "la firmeza" han acabado con "la intolerable pretensión" de los terroristas de tratar de conseguir objetivos políticos mediante el uso de la violencia.

En este sentido destacó "el sacrificio y la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, la permanente y decidida acción de la justicia y la generosa cooperación internacional".

Justica y reparación para las víctimas
Además, el monarca dedica un "recuerdo emocionado" a las víctimas del terrorismo, con las que "la sociedad tiene contraída una permanente deuda de gratitud".

En su opinión, la sociedad no se puede dejar amedrentar y tiene que exigir "justicia y reparación" para las víctimas, poner de manifiesto su dignidad y compartir su sufrimiento y el de sus familias.

"Siempre contarán con nuestro apoyo, solidaridad y afecto. Este es nuestro firme compromiso, para recordar que su sacrificio no ha sido en vano", indica don Juan Carlos.

Es tiempo de unidad
Por otra parte, el Rey afirma que en el nuevo escenario político tras la victoria del PP en las elecciones generales la Corona "seguirá haciendo todos los esfuerzos necesarios en favor de una convivencia integradora".

En este sentido reconoce que "esperan muchas dificultades" pero subraya los "sólidos valores" y el "pasado reciente de superación" que sirve de estímulo.

El monarca pide unidad para responder a los retos del futuro. "Estemos unidos. España lo merece y lo necesita", indica el monarca que expresa su seguridad en que "los españoles sabremos estar a la altura de los tiempos".

Por otra parte, el Rey agradece a los españoles que en los últimos meses se han interesado por sus problemas de salud y asegura que está "felizmente recuperada".

Por último, reitera el compromiso de la Corona y se refiere de forma especial a la labor del Príncipe de Asturias.

"En este tiempo, he podido apreciar, aún más si cabe, el rigor y el acierto con que mi hijo, el Príncipe de Asturias, me acompaña como Heredero de la Corona en el servicio a los españoles y a España, a su democracia, a su Estado de Derecho, a sus libertades, a su unidad y su diversidad, y a la defensa de sus intereses en todo el mundo", dice don Juan Carlos.