Ayer, a un día de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE), en busca de un plan anticrisis, Italia había robado el protagonismo a Grecia. Todas las miradas estaban puestas sobre el Consejo de Ministros transalpino, que debía llegar a un acuerdo para impulsar las reformas económicas que le exigían sus socios, y debía hacerlo antes de la reunión. 'In extremis', Silvio Berlusconi, primer ministro, consiguió lo más difícil: convencer a una reticente Liga Norte, el partido que acompaña a su Pueblo de la Libertad (PDL) en el poder. 'Il Cavaliere' acude a la cita cumpliendo las exigencias de Bruselas.
A última hora de ayer martes, Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, aseguraba que su formación había llegado a un acuerdo con Berlusconi. Después Angelino Alfano, secretario general de PDL, confirmaba la noticia: "Somos conscientes de todas las dificultades, pero se ha conseguido la unidad en torno a la decisión de responder a Europa con puntualizaciones que se refieren a las cosas que ya se han hecho y a las que se van a hacer".
Berlusconi acudirá a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE con la confianza de que los partidos que gobiernan Italia "aseguran la estabilidad del país", por mucho que costase convencer a la Liga Norte de que los ajustes eran necesarios. Uno de los aspectos más polémicos fue el cambio del sistema de pensiones, para aumentar de 65 a 67 años la edad de jubilación.
La polémica acabó en negativa: "Las pensiones no se tocan", aseveró Bossi. El equipo encontró "una salida", pero necesita recibir el 'OK' continental. El dirigente sostuvo al respecto: "Esperamos haber alcanzado un punto de equilibrio con la Liga para dar una respuesta a Europa, también sobre las pensiones".
Mientras el equipo de 'Il Cavaliere' intentaba convencer a su socia de la conveniencia de las reformas, Bruselas presionaba a su Gobierno. "No hay humillación; se trata de salvaguardar la estabilidad financiera de la eurozona. Lo que pasa en Italia tiene un impacto en todos los otros países", afirmaba Amadeu Altafaj, portavoz de Asuntos Económicos.
PLAN ANTICRISIS
La clave de la cumbre de hoy miércoles es acordar un plan global para combatir la crisis de deuda. El plan incluye tres pilares sobre los que hay un principio de acuerdo: un impago ordenado del 50 por ciento de la deuda griega para hacerla sostenible, la recapitalización de los grandes bancos con alrededor de 100.000 millones con el fin de que resistan a la crisis y un refuerzo del fondo de rescate para frenar el contagio a España e Italia.
Los dirigentes se enfrentan a la confrontación sobre si el Banco Central Europeo (BCE) debe seguir comprando bonos de los dos mediterráneos. Alemania se opone a ello, pero el resto de países considera que, sin el BCE, la estrategia no tendrá credibilidad en los mercados y fracasará. La opción de aseguradora, la favorita de la entidad y de los germanos, consiste en usar el fondo de rescate para avalar parte de las nuevas emisiones de deuda de España e Italia.
Esto supone que, si los dos países no pudieran cumplir sus compromisos, el mecanismo asumiría el primer tramo de pérdidas (se habla de entre el 20 y el 30 por ciento). Al no tener que comprar los bonos, sino sólo avalar una parte de las emisiones, la potencia del fondo se multiplicaría hasta alrededor de 1 billón de euros, según diversos cálculos.
Durao Barroso expresó ayer su confianza en que la cumbre será un éxito.
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