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El lunes, los expertos y las autoridades trataban de tranquilizar a los ciudadanos de El Hierro. De hecho, el propio Paulino Rivero, presidente canario, aseguraba que no había "ninguna señal de riesgo". La naturaleza siguió su curso y, un día después, los geólogos detectaron vibraciones que podrían apuntar a una segunda erupción, esta vez más cerca de la costa de la zona de la Restinga. Por eso, se declaró la alerta roja y se comenzó la evacuación de los vecinos del lugar, desde la parte baja hasta la alta. El resto de la isla permanecía en alerta amarilla a última hora de ayer martes.

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) detectó ayer vibraciones en la zona de La Restinga. Éstas apuntaban a la posibilidad de que se produjese un segundo fenómeno eruptivo, más cerca de la zona de costa que el del lunes. Juan Manuel Santana, director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, explicó que, como las aguas son menos profundas, esa segunda erupción sería más explosiva.

Ante ese riesgo, la Dirección Plan Específico de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca) decidió declarar alerta máxima en el área de la isla, en la que residen unas 500 personas. La zona se evacuó desde la parte baja hasta la alta, como una medida "preventiva", explicó el dirigente. Los habitantes se concentraron en el campo de fútbol, el sitio más alto de la isla y no volverán a sus casas hasta que pase el peligro.

"La población afectada queda bien definida. Sabemos que hay muchos residentes que utilizan otras viviendas, pero de todas formas se está habilitando el albergue de Valverde", afirmó Javier González Ortiz, consejero de Economía, Hacienda y Seguridad.

Él preside la sala de crisis que se ha construido para poner en marcha las actuaciones necesarias. El resto de El Hierro mantenía la alerta amarilla a última hora de ayer.

Después de que se declarase la alerta roja, Capitanía Marítima de Santa Cruz de Tenerife prohibió la navegación alrededor de La Restinga, en un radio de 4 millas.