Enfrentamiento. Un policía afgano dispara tras el ataque - Reuters

TW
0

Un comando de ocho talibanes puso ayer en jaque a Kabul con un ataque contra varios puntos de la capital afgana, como la Embajada de EEUU y la sede la OTAN, que cuasó siete muertos.

El ataque se inició hacia el mediodía (hora local), desde un céntrico edificio en construcción que los insurgentes utilizaron para atacar con cohetes y disparos embajadas y otros edificios oficiales situados en la proximidades.

Al menos siete personas, entre ellas tres civiles y cuatro policías, murieron y 17 resultaron heridas por el fuego de los integristas, informó el jefe de la brigada de investigación criminal de Kabul, Mohammad Zahir.

La Policía afgana mató a dos de los cuatro talibanes que se hallaban en este inmueble, mientras que los otros dos permanecieron atrincherados en él.

Las fuerzas de seguridad también abatieron a cuatro insurgentes que se unieron al ataque en otros lugares de Kabul y que murieron cuando intentaban activar sus cargas explosivas.

"Nuestros muyahidines han atacado el cuartel general de la OTAN, la Legación de Estados Unidos, el departamento de espionaje afgano (NDS) y otros edificios gubernamentales del centro de Kabul", dijo un portavoz talibán, Zabiulá Muyahid.

Esta fuente detalló que los atacantes disponían de chalecos explosivos, ametralladoras y lanzagranadas.

Según la policía, entre los objetivos de los insurgentes se hallaban también el Parlamento y el cuartel general de la policía de fronteras.

En los combates también participaron efectivos de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), misión de la OTAN en Afganistán, según afirmó un portavoz de ese contingente.

La acción coordinada de los insurgentes paralizó durante horas Kabul, cuyos ciudadanos pudieron oír claramente explosiones y tiroteos en diversos puntos de la capital y ver a helicópteros militares sobrevolar la ciudad.

Muchos kabulíes pasaron la tarde pendientes de los medios de comunicación en una ciudad que esperaba desde hace días un ataque por el décimo aniversario de los atentados del 11-S en EEUU, que desencadenaron la invasión de EEUU a Afganistán.

El presidente afgano, Hamid Karzai, condenó mediante un comunicado la acción de los talibanes y la achacó a su intento de sabotear el proceso de transición de la seguridad del país a las autoridades afganas.

"Estos ataques no pueden detener el proceso y no solo no disminuyen sino que aumentan la determinación de nuestro pueblo de asumir la responsabilidad en los asuntos de su propio país", afirmó Karzai.

Los ataques de estilo "fedayín", perpetrados por comandos que luchan hasta morir, son cada vez más frecuentes en Afganistán y forman parte de la estrategia de los talibanes de lanzar asaltos de gran impacto mediático y de atacar a altos cargos oficiales.