El déficit del Estado moderó ligeramente su caída en los siete primeros meses del año al descender el 11,8 por ciento y sumar 22.764 millones de euros, lo que supone el 2,09 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
Según el informe de ejecución presupuestaria correspondiente a julio publicado ayer la reducción del déficit estatal fue siete puntos porcentuales menor que la caída del 18,9 por ciento que registró en el primer semestre del año, debido sobre todo a que los ingresos procedentes de impuestos crecieron a menor ritmo.
No obstante, el Ministerio de Economía y Hacienda señala, en nota de prensa, que el menor aumento de ingresos tributarios ya estaba previsto por el Gobierno en este ejercicio.
Así, el déficit de las arcas públicas fue resultado de unos ingresos de 67.004 millones de euros y de unos gastos de 89.750 millones.
En términos de caja (que anota los ingresos y pagos realizados en el momento en que se hacen efectivos), el Estado presentó un desequilibrio de 20.610 millones de euros, "sensiblemente inferior" al saldo negativo de 29.681 millones registrado en los siete primeros meses del año pasado.
La evolución de los ingresos tributarios en los últimos meses, y especialmente los correspondientes a julio está afectada en comparación con los datos del mismo periodo de 2010, debido al anticipo de las ventas por la subida del IVA en julio del año pasado, así como por la finalización de los planes de estímulo a la demanda que se produjo en 2010.
Esta es la razón fundamental que alude el Ministerio de Economía para explicar la ralentización en el incremento de los ingresos vía impuestos y que según añade se trata de efectos que "desaparecerán en los próximos meses, lo que permitirá la recuperación de la tasa de crecimiento".
Corregidas las distorsiones la recaudación tributaria habría crecido el 2,8 por ciento hasta julio, puntualiza.
La recaudación proveniente de los impuestos directos se elevó hasta julio a 50.760 millones, un 0,2 por ciento menos que en el mismo período del año anterior, mientras que los impuestos indirectos crecieron el 1,9 por ciento y sumó una recaudación de 45.929 millones. El resto de los ingresos no financieros reportó 7.754 millones, un 5,8 por ciento menos que hace un año.
El IRPF acumuló una recaudación de 44.016 millones, el 5,2 por ciento más que en igual período de 2010 y compensó los menores ingresos por retenciones del trabajo de las administraciones públicas, consecuencia de la disminución del salario de los funcionarios.
El impuesto de Sociedades ingresó hasta julio 4.761 millones de euros, un 23,8 por ciento menos debido a la caída de ingresos por el primer pago fraccionado abonado en abril.
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