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La Junta de Andalucía ha obligado al personal médico del Hospital Blanca Paloma de Huelva a retirar la sonda nasogástrica que le pusieron a una mujer de 90 años que sufrió un infarto cerebral "irreversible" el pasado 26 de julio. La Consejería de Salud contactó con el centro para que se aplicase la Ley autonómica de Muerte Digna, aprobada en 2010. Con esta norma, Sanidad "garantiza que la voluntad de los pacientes se pueda cumplir".

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha obligado a aplicar la Ley autonómica de Muerte Digna, aprobada en 2010, al personal médico del Hospital Blanca Paloma de Huelva para quitar la sonda nasogástrica que le pusieron a una mujer de 90 años el pasado 4 de agosto tras sufrir un infarto cerebral el 26 de julio que "se había convertido en un proceso irreversible".

El hijo de la paciente, José Ramón Páez, ha explicado que en el primer centro donde fue ingresada, el Hospital Juan Ramón Jiménez, el médico se negó a cumplir la petición alegando que "el hecho de no alimentarla estaba castigado por el Código Penal". A pesar de mostrarse contrario a este argumento, Páez acabó "cediendo" a quitar la sonda, aunque, según ha confesado, su madre le hizo "prometer antes de sufrir el infarto que no dejaría que se la pusieran".

Así, días más tarde, cambiaron a la paciente de centro y la ingresaron en el Blanca Paloma, pero Páez, cansado de los traslados "como si fuera una caja", contactó con la Asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) y preparó una reclamación por escrito que presentó en la Junta de Andalucía y al propio centro, del que ha dejado claro que "el trato de todo el personal es maravilloso".

El documento fue presentado a primera hora de la mañana del martes en la Delegación de Salud, que se puso "en contacto" con el hospital, que accedió a desconectar a la enferma, por lo que no fue necesaria "una orden", según explicó la consejera de Salud de la Junta, María Jesús Montero.

De este modo, horas más tarde, a las 16.00, el personal sanitario retiró la sonda a la paciente, cumpliendo así "su voluntad porque ella ha vivido muy feliz y desde que se partió la cadera hace unos meses no quería pisar un hospital", ha explicado el hijo.
Preguntada por el caso, la ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, Leire Pajín, explicó que la legislación en materia de cuidados paliativos "garantiza que la voluntad de los pacientes se pueda cumplir, siempre desde el respeto a los profesionales".

Además, Pajín declaró que esta ley evita el dolor y sufrimiento "innecesario" a los pacientes que están en sus últimos días de vida y ha añadido que los profesionales sanitarios tienen así "una mayor seguridad".

La titular de Sanidad señaló que esta legislación, tanto la andaluza como la que aprobó el Consejo de Ministro y que en la actualidad está en el Parlamento, es "absolutamente necesaria" porque pretende "paliar el sufrimiento innecesario y el dolor".

La Asociación Derecho a Morir Dignamente se mostró "satisfecha" con la decisión de la Junta, que ha tardado menos de 24 horas en solucionar el conflicto.