Zapatero. El presidente del Gobierno no volverá a presentarse como diputado la próxima legislatura, después de ocupar escaño en el Congreso desde 1986 - Reuters

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Veinte de noviembre. Esta fecha ha sido la elegida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para un adelanto electoral, con el fin de que el próximo Gobierno tenga plenas capacidades el 1 de enero y ha justificado la convocatoria anticipada por la necesidad de "proyectar certidumbre política y económica". Zapatero explicó ayer que es una decisión tomada desde hace tiempo y no por "ningún componente de perspectiva electoral".

El jefe del Ejecutivo hizo este anuncio en la rueda de prensa habitual de finales de julio para hacer balance del semestre, en la que proclamó que el Gobierno "ha cubierto en buena medida los objetivos que se fijó para la segunda parte de esa legislatura", de manera que "se han sentado las bases para la recuperación" y "ha llegado el momento" de anunciar el calendario.

Durante su discurso, Zapatero admitió que ha considerado clave para llegar a este punto la aprobación definitiva de la reforma de las pensiones, pero añadió que pedirá un "esfuerzo" a los grupos parlamentarios para que en septiembre aprueben aún algunas leyes que siguen en trámite.

Así, resumió que la fecha elegida es la que permite, al mismo tiempo, culminar las reformas y permitir que el 1 de enero haya un nuevo gobierno. "La certidumbre es estabilidad", señaló y añadió que "fijar un calendario claro y determinado" es "garantía de las reglas del juego" y también la vía para que el debate público deje de estar centrado en la fecha de las elecciones y se centre más bien en las propuestas de los partidos.
Reconoció que la "volatilidad" persistirá y que además agosto es un mes propicio para ello, pero contraargumentó que el Gobierno sigue comprometido con el control del gasto y que los mercados deben saber que el plan europeo para salvar a Grecia, que es el origen de las turbulencias, es "sólido" y "creíble".

A pesar de que hasta hace pocas semanas, el líder del PSOE había defendido la necesidad de agotar la legislatura, ayer comentó que lo lógico ha sido mantener la "reserva" y no abrir "expectativas". Zapatero dijo que esta decisión la tenía "pensada y madurada desde hace tiempo", aunque no precisó desde cuándo.

Otra de las preguntas que se quedó sin respuesta es quienes conocían sus planes. Ante esto Zapatero comentó que no va a hacer "un relato que forma parte de la gestión de cómo se toman estas decisiones", aunque si se ha sabido que entre las personas con las que ha hablado estos días está el candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

En este marco, Zapatero subrayó que en el adelanto no han pesado motivos electorales, ni la valoración positiva de Rubalcaba por parte de los ciudadanos reflejado en el último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ni tampoco las perspectivas negativas que auguran al PSOE todas las encuestas. "No hay ningún componente de perspectiva electoral, el razonamiento que he hecho es bastante lógico de lo que le conviene al país y al interés general, prueba de ello es que lo tengo pensado desde hace tiempo", zanjó.

Asimismo, el líder del PSOE negó presiones desde dentro del propio partido, subrayando que, aunque en las últimas semanas todo el mundo se pronunció sobre este asunto, entre sus "compañeros" impera el "respeto profundo al presidente del Gobierno". Sin embargo, sí reconoció que, "leyendo los planteamientos de los medios de comunicación, y las declaraciones de los grupos parlamentarios" en las últimas semanas, lo "natural y razonable" era que las elecciones fueran en otoño.

El presidente no desveló si la decisión ha sido una renuncia más de las muchas que ha tenido que hacer por la crisis económica, y replicó que, tras siete años de presidente, "lo más importante es cumplir con el deber" y con "el interés general por encima de cualquier otro". "Uno se queda satisfecho con uno mismo si piensa que las decisiones que toma sirve mejor a su país. Eso es lo que me motiva, más allá de las dificultades que en este periodo hemos tenido que han sido y son muy serias", explicó.

Acerca de la fecha escogida, el presidente negó carácter simbólico al día elegido, el 20N, aniversario de la muerte del dictador Francisco Franco, y justificó que es la fecha que permite que haya un nuevo Gobierno el 1 de enero.