Tras la cumbre de la UE y a pocos días de un voto decisivo en el Parlamento sobre las nuevas medidas de austeridad, el Gobierno griego tiene ante sí el arduo desafío de hacerse con una mayoría parlamentaria más amplia, cuando los principales opositores rechazan el nuevo plan de ajuste.
Grecia afronta una nueva semana de alta tensión, después de que los líderes de la Unión Europea dieran luz verde a un nuevo rescate para salvar al Estado heleno de la bancarrota, pero a condición de que las fuerzas políticas apoyen unánimes las duras medidas de ajuste necesarias.
El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, confirmó también que, tras la aprobación del paquete, llegará el quinto tramo de 12.000 millones de euros -indispensables para pagar los sueldos y las pensiones en julio- del rescate concedido en 2010 por los socios de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"No estaremos bajo el chantaje y el miedo de los mercados financieros y podremos completar los cambios radicales que necesita el país", dijo el jefe de Gobierno.
Pero le falta mucho para poder cantar victoria: la próxima prueba de fuego será la votación esta semana en el Parlamento del nuevo paquete de medidas de ajuste y privatizaciones, para conseguir en total 78.000 millones de euros hasta 2015.
A medida que pasan las horas parece aumentar el riesgo de rebelión en el grupo parlamentario del gobernante partido socialista PASOK, y ya son dos los diputados que han dicho que votarán en contra de las impopulares medidas.
El flamante ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, se reunió ayer con ellos y con otros correligionarios para convencerles de la necesidad de aumentar los impuestos y proceder a privatizar la participación estatal en empresas.
Papandréu cuenta actualmente con una ventaja de cuatro escaños sobre la mayoría absoluta parlamentaria de 151 de los 300 diputados de la Cámara para aprobar las medidas en una votación abierta prevista a más tardar el 30 de junio.
El principal partido de la oposición, la conservadora Nueva Democracia, con 86 escaños, dejó claro el viernes que no puede apoyar "unas políticas erróneas, que profundizan la recesión".
Yorgos Karatzaferis, el líder del ultraderechista partido LAOS, con 15 escaños, llamó a votar en contra, y lo mismo harán el diputado independiente de izquierdas Fotis Kuvelis, junto a otros tres correligionarios en su formación Izquierda Democrática, así como cinco parlamentarios disidentes del PASOK.
Igualmente han anunciado que negarán su apoyo el partido comunista, con 21 diputados.
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