Encuentro. Cameron y Obama, ayer, antes de reunirse - Reuters

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El presidente de EEUU, Barack Obama, y el primer ministro británico, David Cameron, se comprometieron ayer a no cejar en la presión contra el líder libio Muamar el Gadafi y advirtieron de que la paz en Oriente Medio requerirá "compromisos dolorosos".

Ambos mandatarios se reunieron ayer por espacio de una hora y media en el número 10 de Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, para tratar asuntos como la intervención de la OTAN en Libia, la situación en Oriente Medio o la guerra en Afganistán.

En una rueda de prensa tras su encuentro, los dos reiteraron la necesidad de que el coronel Gadafi abandone el poder y aseguraron que las fuerzas aliadas continuarán sus operaciones mientras sea necesario, cuando la misión de la OTAN entra en su tercer mes.
"El presidente y yo hemos estado de acuerdo en que deberíamos incrementar la presión en Libia. El régimen está bajo presión y es algo que se ve en que los rebeldes han liberado buena parte de Misrata y en su éxito en otras partes del país", dijo Cameron.

El primer ministro no entró en detalles sobre las opciones que considera su Gobierno, que, según los medios británicos, estudia el envío de helicópteros de combate Apache al país norteafricano.

Quien sí descartó la posibilidad de incrementar los recursos que destina a la misión fue Obama, quien rechazó tajantemente el envío de tropas de tierra a participar en el conflicto. "Cuando se envían tropas de tierra se crean límites inherentes a las operaciones aéreas", explicó.

Aun así, dejó claro que la misión se prolongará todo el tiempo que sea necesario, sin "plazos artificiales".

"El tiempo corre en contra de Gadafi, que debe dejar el poder y dejar Libia al pueblo libio", indicó.

Obama advirtió de que va a ser un "proceso lento, pero seguro", y señaló que la misión internacional ha valido para "evitar muertes de civiles", un mensaje que deber servir para recordar que "a veces hay que ser más paciente de lo que quisiera la gente".

Ambos mandatarios dedicaron también un importante espacio de sus conversaciones a la situación en Oriente Medio y a lo que, según Obama, es el "urgente imperativo" de retomar las negociaciones entre israelíes y palestinos.

Obama expresó su convencimiento de que la paz entre israelíes y palestinos es posible, pero ambas partes deberán adoptar "compromisos dolorosos".

Los dos mandatarios abordaron también la guerra en Afganistán, donde reiteraron la importancia de comenzar el proceso de transición y de regreso de las tropas allí destinadas.