Los trabajadores que se empeñan en el restablecimiento del suministro eléctrico y los sistemas de refrigeración de Fukushima tuvieron que evacuar la central nipona en la madrugada de ayer miércoles. Una nube de hubo negro procedente del reactor tres los obligó a abandonar sus tareas. La Agencia de Seguridad Nuclear japonesa aclaró después que el humo no incidió sobre la cantidad de radiación, que, según el Ministerio de Ciencia del país asiático, supera 400 veces los niveles normales en un radio de 40 kilómetros alrededor de la planta.
A las 4.20 horas de ayer, los trabajadores que operaban en los cuatro reactores con problemas tuvieron que proceder a evacuar la planta. Un humo negro, que venía del reactor tres, los empujó a ello, según trasladó la agencia Kiodo. La compañía operadora de la planta, Tokyo Electric Power Co (TEPCO), informó de ello, y aseguró que el humo comenzó a disminuir una hora más tarde.
Yukio Edano, portavoz del Gobierno japonés, instó a los residentes de zonas cercanas a la central a permanecer en sus hogares. Debían evitar la exposición al aire, como medida de precaución. El Ejecutivo mantiene la orden de evacuación para los habitantes del entorno de 20 kilómetros alrededor de la planta y la recomendación de que permanezcan en sus viviendas quienes estén situados a 30 kilómetros de la central.
De cualquier manera, la Agencia de Seguridad Nuclear nipona aseveró que la nube de humo no hizo variar la cantidad de radiación. Una radiación que, en un radio de 40 kilómetros alrededor de Fukushima, alcanza unos niveles 400 veces superiores a los habituales, según el Ministerio de Ciencia del país asiático.
Las autoridades registraron 43.000 becquerelios de yodo radiactivo y 4.700 de cesio radioactivo a cinco centímetros de profundidad en el suelo a esta distancia de la planta, en dirección oeste-noroeste. Informó de ello la televisión estatal NHK. Keigo Endo, profesor en la Universidad de Gunma, aseveró entonces que el yodo y el cesio radioactivos exceden 430 y 47 veces los límites normales de radiación, respectivamente.
Esto significa que los residentes en los alrededores de la central podrían estar expuestos a lo largo de un año a una radiación cuatro veces superior a la establecida legalmente. No obstante, el experto descartó que este hecho suponga un riesgo inmediato para la salud humana.
El organismo de seguridad nuclear nipón informó de que la temperatura de los recipientes de contención de los reactores uno y tres superó este miércoles el nivel máximo establecido por los fabricantes de la planta. Este límite se sitúa en 302 grados Celsius.
Así, el reactor uno superó ligeramente los 400 grados antes de descender hasta los 350 grados a mediodía y el reactor tres se mantuvo a unos 305 grados. Todo ello se pudo detectar gracias al restablecimiento de la electricidad del martes (a través de un suministro externo), que permitió reactivar los instrumentos de medición de datos.
Hidehiko Nishiyama, portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa, explicó que no es previsible que esas temperaturas provoquen una fusión de los núcleos de los reactores. Según explicó, TEPCO ha multiplicado por nueve la cantidad de agua que está inyectando al reactor uno para refrigerarlo.
Además, agregó que la compañía operadora consiguió reactivar una de las bombas de suministro de agua del reactor tres, que estaba siendo refrigerado con agua de mar lanzada desde el exterior. Sin embargo, los empleados tuvieron que hacer un parón, a consecuencia de la nube de humo. TEPCO continuará inyectando agua con precaución en el reactor uno, intentando evitar que aumente su presión, lo cual elevaría el riesgo de daño en la instalación.
En el reactor dos, los empleados llevan desde el viernes sin lograr sustituir una bomba de agua que permita recuperar el sistema de refrigeración. Además, los niveles de radiación alcanzaron los 500 milisieverts por hora en el edificio de las turbinas, según el portavoz de la agencia nuclear nipona.
En el cuatro, continuaron ayer las operaciones de suministro de agua para refrigerar la piscina de combustible nuclear gastado. Los operarios de valieron de camiones dotados con un brazo de 50 metros de longitud, capaz de lanzar el líquido desde mayor altura.
La prefectura de Fukushima sufrió ayer fuertes réplicas del terremoto del pasado 11 de marzo. No obstante, los seísmos no afectaron a los trabajos en la central nuclear.
Recomiendan que los bebés no beban agua del grifo
Las autoridades metropolitanas registraron 210 becquerelios de yodo radioactivo en el agua tokiota, cuando lo habitual es encontrar 100 becquerelios en su composición. La contaminación afectaría al suministro de la capital y al de cinco distritos suburbanos.
En base a estos datos, el Gobierno del país asiático víctima del devastador terrenoto pidió ayer a los ciudadanos que no den agua del grifo a sus bebés. Los niveles detectados no son saludables para los más pequeños, informó Kiodo.
Desde el martes, operarios de la Agencia de Seguridad Nuclear realizan controles de los niveles de radiación en el agua marina que baña las costas de Fukushima. En opinión de Hidehiko Nishiyama, subdirector general de este órgano, la radioactividad en el mar podría deberse al agua utilizada para enfriar los reactores de la planta o a las partículas expulsadas desde sus instalaciones.
Por otro lado, las cifras de ayer miércoles situaron el balance de víctimas por el terremoto de nueve grados en 9.199 muertos y 14.000 desaparecidos, según informó la Agencia Nacional de Policía. La prefactura más afectada es la de Miyagi (5.607 fallecidos y 4.200 personas en paradero desconocido), seguida de Iwate (2.773 muertos y 5.000 desaparecidos) y de Fukushima (762 muertos y 4.500 desaparecidos), recogió NHK.
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