Catástrofe. Un coche arrastrado por el tsunami permanece en el tejado de una casa en Sendai - Reuters

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La central nuclear de Fukushima, en el noreste de Japón, ha alcanzado el nivel 6 de alerta nuclear, mientras las autoridades japonesas sitúan el número de muertos y desaparecidos en, al menos, 10.000 después de devastador terremoto y posterior tsunami que vivió el pasado viernes Japón.

La planta nuclear de Fukushima entró ayer en fase crítica tras un incendio y una nueva explosión que desataron el temor a una fuga masiva de radiactividad y la declaración de un radio de exclusión aérea de 30 kilómetros.

La situación más grave está en los reactores 2 y 3 de esa central, donde a primera hora de hoy tuvo lugar una explosión que, además de dañar el edificio de la unidad 2, parece haber afectado a su sistema de contención.

El ministro portavoz, Yukio Edano, consideró muy probable que esté dañado y advirtió de que los niveles de radiación de la central son lo suficientemente altos como para ser perjudiciales para la salud.

El presidente de la autoridad nuclear francesa, André-Claude Lacoste aseguró que la central de Fukushima ha alcanzado el nivel 6 de alerta nuclear, el segundo más grave de la Escala Internacional de Sucesos Nucleares y Radiológicos.

El nivel 7, el más alto en la escala de medición de los sucesos nucleares (accidentes graves) fue el que sufrió la central de Chernobil en Ucrania, es el único caso, hasta el momento, de accidente grave.

El nivel 6 (accidente importante) corresponde a la liberación, considerable, al exterior de materiales radiactivos y probablemente requerirá la aplicación de contramedidas.
La policía nipona después del último recuento informó ayer de que al menos 3.373 personas murieron y 7.558 están desaparecidas.

La cifra final de víctimas podría todavía aumentar en algunos municipios de las provincias más afectadas, Iwate, Miyagi y Fukushima, donde hay miles de personas todavía sin localizar.

El Gobierno japonés informó de que ha rescatado a 25.000 personas después del terremoto de 9 grados y posterior tsunami del viernes.

Más de medio millón de evacuados vive ahora en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad.

Paralelamente en varias localidades japonesas, incluida Tokio, la población hace acopio de agua embotellada, mascarillas y víveres, y se prepara para permanecer en sus casas.
Muchos extranjeros tomaron ayer el "Shinkansen", el tren bala japonés, para desplazarse en menos de tres horas a ciudades como Osaka, a más de 500 kilómetros de la capital y donde la amenaza de una fuga radiactiva suena más lejana.

Desde principios de esta semana varias misiones diplomáticas, como la francesa o la mexicana, habían aconsejado a aquellos que se sintieran intranquilos y no tuvieran asuntos "esenciales" en Tokio abandonar la ciudad, y ayer la embajada de Austria decidió llevar su misión temporalmente a Osaka.

Mientras tanto, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, reiteró ayer en Varsovia su solidaridad con el pueblo japonés y ofreció a Tokio el apoyo de la Unión Europea (UE)

"Hasta el momento veinte países de la UE han ofrecido recursos humanos y materiales dentro de los mecanismos de protección civil"

Por otra parte, la bolsa de Tokio se desplomó ayer el 10,55 por ciento durante una sesión de pánico ante el riego nuclear.

La UE someterá a sus centrales a pruebas voluntarias
La UE someterá a sus centrales nucleares a pruebas voluntarias de resistencia para prevenir que se produzcan en Europa situaciones nucleares como la que vive Japón tras el terremoto y que Bruselas considera "apocalíptica", según expresó ayer el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger.

"Ha sido unánime la aceptación de la prueba de esfuerzo de las centrales nucleares europeas", explicó Oettinger, que esperó que puedan realizarse en la segunda mitad del año en "muchos o todos" los países comunitarios y sus vecinos y asociados como Turquía, Rusia y Suiza, en especial con los que comparten redes eléctricas, claves para asegurar la refrigeración de las centrales.

El carácter "voluntario" se debe a que la UE no puede obligar a los gobiernos nacionales, responsables de la seguridad nuclear, aclaró Oettinger en una rueda de prensa al término de un encuentro de alto nivel en Bruselas para analizar lo ocurrido en Japón y la preparación de las plantas comunitarias en caso de emergencia.

El comisario acudió posteriormente al Parlamento Europeo para informar a la comisión de Energía de la decisión y, en su comparecencia, estimó que las autoridades japonesas han perdido el control de la central de Fukushima y consideró correcto calificar la situación de "apocalíptica". "Algunos califican lo ocurrido de apocalíptico y no me parece descabellado", afirmó Oettinger, para quien "todo está prácticamente fuera de control" en la central.