Los ministros de Finanzas de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo sobre la reforma de las normas de disciplina presupuestaria, que prevé sanciones equivalentes al 0,2 por ciento del PIB para los países que incumplan el objetivo de déficit. Las sanciones, que se aplicarán a los países con problemas fiscales o de competitividad, podrían alcanzar en el caso de España los 2.000 millones de euros. Los fondos que se reciban de las multas irán a alimentar el fondo de rescate para los países con problemas de financiación, según se desprende del comunicado enviado tras el acuerdo. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, ha calificado de "insuficiente" el acuerdo alcanzado y ha asegurado que los desequilibrios presupuestarios no estarán "plenamente corregidos" con las medidas aprobadas en Bruselas.
Los ministros de Economía de la UE han alcanzado este martes un acuerdo político sobre un nuevo sistema de sanciones de hasta el 0,2 por ciento del producto interior bruto (que en el caso de España supondrían 2.000 millones de euros) para los países de la eurozona con déficit o desequilibrios excesivos, como burbujas inmobiliarias. Los Veintisiete tienen que negociar ahora la reforma con la Eurocámara y se han marcado como objetivo llegar a un compromiso definitivo en junio de este año. La recaudación de las multas se utilizará para alimentar el fondo de rescate para los países con problemas de deuda.
Las nuevas sanciones son uno de los pilares del plan de la UE para evitar que se repitan nuevas crisis de deuda. Sin embargo, los Estados miembros han descafeinado la propuesta original de la Comisión. Las multas no serán casi automáticas como defendía Bruselas, sino que se deja más tiempo a los países incumplidores para corregir sus problemas y se da más peso a las decisiones políticas de los ministros de Economía, que en el pasado han aprobado incumplir el Pacto de Estabilidad.
De hecho, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, ha vuelto a avisar de que la reforma no va lo suficientemente lejos como para prevenir futuras crisis y ha pedido a la Eurocámara que endurezca las sanciones. "Continuamos pensando que esta mejora de la gobernanza es insuficiente para extraer las lecciones de la crisis", ha dicho Trichet durante el debate público. "La crisis ha puesto de relieve una serie de debilidades que no han sido plenamente corregidas" en el compromiso aprobado, ha resaltado el presidente del BCE. Desde el inicio de las negociaciones, el responsable del BCE ha considerado demasiado débiles las medidas y ha instado al Parlamento Europeo a promover un endurecimiento de las mismas durante la negociación parlamentaria.
Para el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha resaltado que se trata de una "reforma histórica" y ha dicho que espera que el nuevo sistema de sanciones pueda ya aplicarse cuando se examinen los presupuestos y los planes de reformas de los Estados miembros correspondientes a 2012.
La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ha agradecido la "flexibilidad" de la Comisión y del resto de colegas "con los países más descentralizados como España". A su juicio, la reforma del sistema de sanciones y el principio de acuerdo para reforzar el fondo de rescate sitúan a la UE en una "buena posición" para "luchar contra la inestabilidad financiera".
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