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El Gobierno británico anunció ayer cambios en su sistema migratorio que significarán que las empresas no podrán traer a inmigrantes de fuera de la Unión Europea (UE) para trabajar en establecimientos de comida rápida y para llevar o en salones de belleza y peluquerías.

En total, el Ejecutivo ha eliminado siete profesiones para las que hasta ahora se podía recurrir a mano de obra extracomunitaria, con el objetivo de reducir el acceso al país de inmigrantes poco cualificados y, a la vez, impulsar el contrato de autóctonos.

Algunos de los oficios a los que ya no podrán aspirar los inmigrantes, además de los mencionados, son a cuidadores de personas mayores, pastores de ovejas, cortadores de carne y agentes inmobiliarios.

Muchos de los inmigrantes extracomunitarios, sobre todo asiáticos, que vienen al Reino Unido lo hacen para trabajar como cocineros en establecimientos de "take away" o comida para llevar, con el argumento de sus contratantes de que su habilidad para elaborar los platos de sus respectivos países no se encuentra entre la fuerza laboral británica.

Con la nueva normativa, que entrará en vigor en abril, los inmigrantes que quieran acudir a trabajar de cocineros al Reino Unido tendrán que demostrar cualificaciones universitarias, al menos cinco años de experiencia y un sueldo mínimo de 28.000 libras (unos 32.300 euros).