Combates. Combatientes rebeldes esquivan un proyectil en las cercanías de Bin Jawad - Reuters

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En un país dividido, dos versiones muy distintas confundían las numerosas informaciones que se sucedían sobre la situación de Libia. Las protagonistas eran las ciudades de Zawiya y Misrata: ambas estaban en manos de Gadafi o de los rebeldes, dependiendo de quien suministrara la información. Así, en la televisión estatal libia, se anunciaba que las tropas leales del Gobierno habían retomado las dos ciudades, y miles de partidarios de Muamar Gadafi salieron a las calles de Trípoli para celebrarlo. Sin embargo, el Consejo Nacional rebelde proclamaba en una rueda de prensa desde Benghazi que Zawiya y Misrata habían sido "liberadas", y que todas las ciudades del este del país continuaban bajo el control de los insurgentes.

La televisión estatal del régimen libio aseguraba que Misrata y Zawiya habían sido retomadas por las tropas leales al Ejército, por lo que el régimen de Gadafi estaba consiguiendo numerosos avances. Poco tardó la plaza Verde de Trípoli en convertirse en un hervidero de personas que portaban retratos de Gadafi, y voluntarios ataviados con bandanas verdes en sus frentes, esgrimiendo fusiles AK-47. "No sólo el Ejército va a luchar por Gadafi. Hay cuatro millones de libios que tienen armas. Las van a usar", afirmaba Usama Salwaat, uno de los presentes.

En Trípoli se evidenciaba la presencia omnipotente del Ejército: había controles en numerosos puntos, todos los motoristas tenían que parar y dar explicaciones, los coches eran registrados y las personas con maletas o mochilas tenían que vaciarlas para comprobar su contenido. Al mando, principalmente la Brigada 32, dirigida por Jamís Gadafi, hijo del dirigente Libio y una de las tres unidades de élite del Ejército bajo mando directo de Gadafi.

Un ambiente de celebración que contrastaba con la firme contestación a Muamar Gadafi que se vive en el barrio de Tajura, donde los seguidores del líder libio se pasean a toda velocidad en vehículos para intentar aterrorizar a la población. "Estará acabado en unas semanas", aseguraba un tendero de Tajura, identificado como Fauzi, que mostraba los ocho agujeros de bala de la pared de su casa causados por milicianos progubernamentales hace unos días, durante la represión de una manifestación. "No sé que están celebrando. Es aterrador", afirmaba.

Totalmente diversa era la versión del Consejo Nacional, máximo organismo de los rebeldes libios, que proclamaba en una rueda de prensa que había logrado rechazar las fuerzas leales a Gadafi en Misrata y Zawiya, afirmando que ambas ciudades se encontraban "liberadas". Así, Hafiz Ghoga, portavoz del Congreso, reafirmaba que todas las ciudades del este del país continúan en manos insurgentes.

El primer intento internacional de contactar con la dirección rebelde libia fracasó por una aparente falta de formas, tras ser detenidos y repatriados por el Consejo Nacional un diplomático y su escolta militar británicos por entrar en Libia "de manera ilegal".