La violencia machista se cobró dos vidas entre la noche del martes y la mañana de ayer, una en Reus y otra en Valencia. Una niña de 5 años dio la voz de alarma del caso de la localidad tarraconense. La pequeña contó en el colegio que su padre había matado a su madre a cuchilladas. En cuanto al suceso de la capital de la Comunitat, fue el presunto criminal quien confesó la autoría, ante el vendedor de la ONCE al que le estaba comprando un cupón. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género eleva a 12 la cifra de muertes por esta lacra en lo que va de 2011. Ese número ascendería a 13 si se confirmase la versión de la menor catalana, que se está investigando.
A sus 5 años, había presenciado cómo su padre mataba a su madre a cuchilladas. La pequeña llegó al colegio, en Reus (Tarragona) y dio la voz de alarma a sus maestros. Los Mossos d'Esquadra iniciaron la búsqueda del marido de la víctima, que tenía una orden de alejamiento. Es el principal sospechoso.
La fallecida era una mujer de 44 años. Sus vecinos coincidieron en sus descripciones, era "muy trabajadora y alegre". Además de la testigo, tenía otra hija y las dos son "muy espabiladas", dijeron. El presunto culpable "entraba y salía de casa muy a menudo", y alguna vez llegó a dormir en la escalera. Lo contó Javier Serrano, con quien la víctima compartía rellano, en el número 38 de la calle Dom Bosco.
Éste y otros habitantes de la zona confirmaron que todo lo sucedido es "muy extraño". Nadie escuchó nada, ninguna discusión, ningún grito. Lo único fuera de lo normal en la mañana de ayer era que la puerta de la casa de la difunta estaba abierta.
No pueden decir lo mismo los vecinos de la víctima de Valencia, que contaron que la mujer estuvo toda la noche "hablando fuerte o discutiendo" con su pareja. La luz de la cocina había estado encendida durante la madrugada y los habitantes de la casa colindante se habían despertado al escuchar "golpes en la pared". Ayer, en torno a las 10.15 horas de, el uruguayo de 73 años con quien la fallecida compartía su vida compró un cupón de la ONCE y confesó al vendedor que había provocado el final definitivo de la discusión, presuntamente con un arma blanca.
La víctima del duodécimo crimen por violencia de género del año es una boliviana de 32 años. Vivía en el lugar del crimen, en la calle Gregorio Gea, donde era habitual escuchar "mucho escándalo", "mucha juerga". Cuenta una vecina que la pareja discutía con asiduidad e incluso que la mujer se había marchado tiempo atrás. Volvió "hace un par de semanas".
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