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El Consejo de Ministros aprobó ayer el Plan Integral de Política Industrial 2020 (PIN2020), una iniciativa que contempla 124 actuaciones de diez ministerios en 26 ámbitos relevantes para el sector y con un impacto económico estimado de 82.842 millones de euros en el horizonte 2011-2015.

El impacto económico se refiere al esfuerzo financiero de la Administración del Estado -programas con reflejo en los Presupuestos Generales del Estado-, así como a beneficios fiscales que constituyen ingresos que dejan de percibirse, líneas de crédito de entes públicos como el ICO, o los avales del Tesoro y de otros entes públicos. Según el Ministerio de Industria, estas previsiones económicas "son consistentes con el compromiso de reducción de déficit adquirido por el Gobierno ante la UE" y con este plan, basado en la mejora de la competitividad, el sector industrial recuperará su protagonismo como motor de crecimiento y de creación de empleo.

El plan, que se enmarca en la Estrategia de Economía Sostenible del Gobierno, persigue que la industria eleve su peso en el PIB del 15 al 18%, en línea con las principales economías europeas, explicó el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que subrayó que se ha demostrado que las regiones más industrializadas han sufrido menos la crisis. Sebastián destacó que el plan, en cuya elaboración han participado diez ministerios y que cuenta con la aportación de agentes sociales, comunidades autónomas y oposición, servirá de guía al sector público, así como para que el sector privado, tanto doméstico como internacional, apueste por la industria en España.

El PIN2020 y el Plan de Acción 2011-2015 persiguen: mejorar la competitividad de la industria, fomentar la innovación y la I+D, impulsar el crecimiento y el dinamismo de las pymes, ayudar a la internacionalización de las empresas y reforzar los sectores estratégicos. El plan identifica como sectores "estratégicos" los de automoción, aeroespacial, biotecnología, tecnologías de la información, sanitarias y farmacéuticas, protección medioambiental, energías renovables, eficiencia energética y la agroalimentación.

Las actuaciones contempladas para reforzar estas actividades conllevan un esfuerzo financiero público de unos 9.400 millones.

Con el fin de aumentar la competitividad de la industria española, se incluyen medidas para reducir los costes de producción (energéticos, laborales y logísticos), aumentar la productividad y mejorar el marco institucional para hacerlo más favorable al crecimiento económico.