Los seis nuevos ministros tomaron ayer posesión de sus cargos con el objetivo de formar un Gobierno que apueste por la continuidad de las reformas emprendidas, trabaje duro para dejar atrás la crisis y avance en la cohesión social como uno de sus ejes de actuación.
Tras jurar el cargo ante el Rey, el recién estrenado vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba; y los nuevos ministros Ramón Jaúregui, Trinidad Jiménez, Valeriano Gómez, Rosa Aguilar y Leire Pajín, se dirigieron a sus respectivos ministerios para recibir la tradicional cartera de manos de sus antecesores.
"Lo vamos a dar todo", avanzó Jaúregui, quien fue el primero en recibir el cargo de ministro de la Presidencia de su predecesora y hasta ayer vicepresidenta primera, Fernández de la Vega.
El trabajo constante, reformas, austeridad y cohesión social, son las señas de identidad que destacó Rubalcaba del nuevo Gobierno, después de que De la Vega, despojándose de su última responsabilidad en el Ejecutivo, le diera el relevo en el Palacio de La Moncloa.
Rubalcaba, quien se perfila como el hombre fuerte del Gabinete, apuntaló las directrices del Gobierno, pero antes aclaró que el programa que se ha de seguir mantiene los objetivos anteriores de recuperación económica y creación de empleo.
La "continuidad" también marcará el trabajo de Trinidad Jiménez en el Departamento de Asuntos Exteriores, según explicó la nueva jefa de la Diplomacia española, quien, en un acto en el Palacio de Santa Cruz, se mostró "orgullosa" del legado de Miguel Ángel Moratinos.
Pajín quien, de la mano de Trinidad Jiménez y Bibiana Aído, recibió el nuevo Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad e insistió en que desde el área que ahora dirige tampoco se dará "ni un paso atrás" en las políticas que ha llevado el Gobierno.
El discurso de Rosa Aguilar se centró en "el diálogo y la participación", en este caso, con el sector agroalimentario y las entidades medioambientales como ejes de su tarea en el Ministerio Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
Valeriano Gómez, por su parte, llamó al diálogo social y declaró que no se siente incómodo defendiendo una reforma laboral contra la que se manifestó el pasado 29 de septiembre.
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