Burdeos. Una imagen de la manifestación contra la reforma de las pensiones en la ciudad de Burdeos - Reuters

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El Gobierno francés calculó en 825.000 personas las que se manifestaron en Francia contra la reforma de las pensiones, el número más bajo desde septiembre pasado, una cifra que los sindicatos evaluaron en tres millones de personas. La habitual guerra de cifras entre los organizadores y las autoridades vivió hoy un nuevo capítulo en la novena jornada de protesta por el retraso de la jubilación preconizado por Nicolás Sarkozy.

La lluvia y el frío fueron las excusas esgrimidas por los sindicatos para explicar que la movilización no fuese a más, aunque las centrales aseguraron que hubo unos tres millones de personas en las calles, tantos como la última jornada de huelga en sábado, el pasado día 2.

El Gobierno fue contundente al asegurar que la de ayer fue la movilización menos seguida desde septiembre pasado y contó con 825.000 millones de personas en las más de 200 concentraciones convocadas.

Se trata de la primera buena noticia que recibe el Ejecutivo en relación con la reforma de las pensiones, después de que en las últimas semanas viera como nuevos sectores se sumaban al paro indefinido, entre ellos los combativos estudiantes.

El descenso de la movilización es el fruto de la pedagogía del Gobierno, indicaron algunos de sus miembros, que señalaron que los debates en el Senado están siendo seguidos por los ciudadanos.

La Cámara alta tiene previsto votar la reforma el próximo miércoles, por lo que la víspera los sindicatos han convocado una nueva huelga general.

Será la verdadera prueba de fuego para esta estrategia de oposición a la reforma de las pensiones, mientras el frente sindical parece perder su unidad.

Algunos líderes apuestan por incrementar la presión y mantener los paros indefinidos en sectores estratégicos, como los transportes o la energía. Otros consideran que el avance legislativo de la reforma les obliga a cambiar de táctica y negociar .