Alpes. Momento en que la tuneladora rompe la última pared - Reuters

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Cuando aún resuenan los ecos del extraordinario rescate de los 33 trabajadores de la mina San José en Chile, los mineros fueron ayer de nuevo los auténticos protagonistas de otra historia a 800 metros de profundidad: el final de la perforación del túnel suizo de San Gotardo, el más largo del mundo, con 57 kilómetros de longitud.
Una historia diferente pero con muchas similitudes, que, como en Chile, tuvo un final feliz cuando los mineros que perforaron el túnel bajo los Alpes desde el Norte, en el cantón suizo-alemán de Uri, y los que lo hicieron desde el Sur, en el cantón suizo-italiano de Tesino, se encontraron a medio camino a la altura de la localidad de Sedrun.

Una gran ceremonia, con asistencia de un millar de personas, entre autoridades, habitantes de la zona y los propios trabajadores, enmarcó esta jornada histórica para Suiza que concluyó una gran etapa simbólica en la construcción de este paso ferroviario que se abrirá al tráfico en 2017, según los planes.

"Ellos son los héroes del día, quienes han trabajado noche y día, bajo un clima tropical de calor y humedad", elogió el jefe de la empresa AlpTransit, responsable de las obras, Renzo Simoni, tras nombrar a los ocho mineros que perdieron la vida en los 15 años que han durado los trabajos, un ejemplo del riesgo que entraña este oficio.