TW
0

El Senado no pedirá al Gobierno que declare la fiesta de los toros como Bien de Interés Cultural y que pida a la Unesco que la incluya en el listado mundial de Patrimonio Cultural Inmaterial. Así lo decidió el Pleno del Senado, que rechazó ayer miércoles la iniciativa. Sólo votaron a favor el Partido Popular, promotor de la moción, y Unión del Pueblo Navarro (UPN). Mientras el portavoz del PP, Pío García Escudero, habló del toro como "animal mítico", con el que el hombre busca "una relación especial", el socialista Roberto Lerchundi afirmó que la moción se presenta únicamente porque "hay elecciones en Cataluña". A su vez, Iñaki Anasagasti, del PNV, 'dio' al socialista "las dos orejas y el rabo". García Escudero afirmó asimismo que su grupo estudia recurrir al Tribunal Constitucional la ley catalana que prohíbe las corridas de toros en esa Comunidad Autónoma.

Durante el debate, García-Escudero habló del todo como "animal mítico, símbolo de fortaleza, valentía y fecundidad". "El hombre busca con el toro una relación especial intentando lograr el trasvase de algunas de sus características. El más bello de los animales, Picasso quiso ser toro la última mitad de su vida", afirmó. "El torero es un artista como el pintor, el poeta, el compositor o el escultor", añadió.

Por su parte Lerchundi calificó de "emocionante que el PP cite a comunistas como Hernández o García Lorca y se apropie de sus palabras". Para el socialista, el PP "no ha argumentado para nada la moción que presenta", y acusó a los 'populares' de presentar la moción porque "hay elecciones en Cataluña en noviembre". El senador recordó que la Ley del Patrimonio establece que el Estado no es competente para declarar una fiesta como los toros Bien de Interés Cultural, ya que corresponde a las Comunidades Autónomas. "El toreo se acabó en los noventa en Canarias y no pasa nada, y hay ciudades que son antitaurinas y no pasa nada", dijo.

A su vez, Josep Maldonado, de CiU, destacó que mucha gente "no quiere ver las escenas de sufrimiento que se producen en las salas de toros". "Las corridas están en franca decadencia y esto supone un amplio rechazo popular a esta actividad", dijo. "No negamos el carácter tradicional y cultural pero ambas circunstancias no justifican la crueldad", añadió. Durante su turno, Miquel Bofill, de Entesa, planteó que "más allá de la liturgia de un combate simulado, en las corridas se asiste a la tortura de un animal tan sensible al dolor como cualquier otro". Iñaki Anasagasti, del PNV, explicó que daría "dos orejas y el rabo" al socialista Lerchundi por sus planteamientos.