Marcha. Una manifestante se encara con Toxo, de Comisiones Obreras - Reuters

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Miles de guardias civiles se manifestaron ayer por las calles de Madrid al grito de "Ya no tenemos miedo" y "No somos esclavos" en demanda de mejoras laborales para los agentes, una protesta "histórica" a la que se han sumado los líderes de Izquierda Unida, UGT y CC.OO..

Aunque desde 2005 han tenido lugar otros cuatro actos de protesta protagonizados por guardias civiles, la celebrada ayer fue la primera manifestación convocada por las asociaciones profesionales del instituto armado y la primera también a la que han asistido oficiales del Cuerpo.

La manifestación, convocada por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y la Unión de Oficiales (UO), que han cifrado la asistencia en unas 20.000 personas, ha sido posible después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) revocara el jueves la decisión de la Delegación del Gobierno de prohibir la marcha.

Medios oficiales no han facilitado cifra de asistentes.
La protesta -que se ha desarrollado en un ambiente festivo y sin incidentes- ha terminado ante la sede central de la Guardia Civil, donde ha tenido lugar el único momento de tensión cuando los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, han sido recibidos con gritos de "fuera, fuera".

Ambos han dicho que respetan las opiniones discrepantes y mientras Toxo ha señalado que el acto de ayer "no tiene nada que ver con la convocatoria de una huelga general el 29 de septiembre", Méndez ha señalado que consideraba "un deber moral" acudir a la marcha.

En la cabecera de la manifestación, junto a los convocantes, había representantes de sindicatos de la Policía, los Mossos d'Esquadra y la Ertzaintza, así como de la organización Eurocop, que agrupa a los sindicatos policiales europeos.

También estaba el coordinador general de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, que ha pedido a los guardias civiles que, ya que no pueden hacer huelga el día 29, se sumen a ella "con el corazón" para "parar la ofensiva contra la clase trabajadora".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, fueron los protagonistas de la mayoría de las consignas coreadas en la protesta, ya que durante las tres horas que duró se escucharon gritos de "Rubalcaba, dimisión" o "Zapatero, embustero".