PROTESTAS. Según la policía, no se registraron heridos durante los enfrentamientos de ayer - Reuters

TW
0

Decenas de jóvenes nacionalistas protagonizaron la noche del pasado martes, por tercer día consecutivo, graves enfrentamientos con las fuerzas del orden en el norte de Belfast (Irlanda del Norte), confirmaron ayer fuentes oficiales.

El foco de los incidentes desatados desde el comienzo de las marchas protestantes volvió a ser el barrio de Ardoyne, donde un centenar de agentes antidisturbios fueron atacados con bombas incendiarias, luces láser de alta potencia y armas de fuego, pues llegaron a oírse hasta seis disparos de bala.

Una portavoz de la policía norirlandesa (PSNI) indicó ayer que no se registraron heridos, al tiempo que aseguró que las fuerzas del orden trabajan con los líderes comunitarios para poner fin a la violencia.

Desde el pasado domingo, 55 agentes de policía han resultado heridos por los disturbios que han sacudido diferentes partes de la capital norirlandesa y otras localidades de la provincia, que han coincidido con las celebraciones protestantes del "Doce de Julio".

Según el jefe de la PSNI, Matt Baggott, la violencia callejera ha causado daños valorados en "millones de libras", sin olvidar, dijo, que hasta 82 policía han resultado heridos durante los enfrentamientos.

Baggott aseguró que los incidentes, en los que participan chavales de apenas "ocho, nueve o diez años de edad", están orquestados por los disidentes del inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), opuestos al proceso de paz en la región.

El policía también instó a los políticos norirlandeses a solucionar urgentemente el problema de las marchas protestantes.

Competencias
Con la devolución el pasado abril de Londres a Belfast de las competencias de Justicia e Interior, los partidos de la provincia británica habían acordado eliminar la controvertida Comisión de Desfiles e involucrar a la dos comunidades enfrentadas para decidir conjuntamente las rutas de las marchas protestantes.

No obstante, los planes presentados por los políticos, que se prevé que entren en funcionamiento el próximo año, fueron rechazados la pasada semana por la Orden de Orange, considerada por los católicos como una organización profundamente sectaria.

Durante este mes, cientos de miembros de la Orden marchan por las calles de la región para celebrar la victoria del rey Guillermo de Orange sobre el monarca católico Jacobo II en 1690, en la batalla del Boyne.