LLEGADA. Cameron y su esposa Samantha, saludan frente al número 10 de Downing Street - Reuters

TW
0

El líder del Partido Conservador, David Cameron, ganador sin mayoría absoluta de las elecciones británicas del 6 de mayo, es el nuevo primer ministro del Reino Unido gracias al apoyo de los liberaldemócratas de Nick Clegg, con quienes ha pactado formar un Gobierno de coalición.

Tras intensas negociaciones, Cameron logró finalmente seducir a los liberales con la promesa de un referéndum sobre la reforma del sistema electoral británico hacia otro más representativo, una reivindicación clave de la tercera fuerza del país.

El pacto con los liberales ha permitido al líder "tory", cuyo partido obtuvo en los comicios 306 escaños (de los 326 necesarios para gobernar en solitario) y el 36 por ciento del voto, ocupar la jefatura del Gobierno en el número 10 de Downing Street (Londres), hasta ahora residencia oficial del laborista Gordon Brown.

Su nombramiento como "premier" culmina la meteórica carrera política de Cameron, quien, tras llegar al Parlamento en el 2001, con 43 años se convierte en el gobernante más joven que ha tenido Gran Bretaña desde el siglo XIX.

El dirigente conservador, que afronta la complicada tarea de gobernar con el apoyo de una formación en principio bastante más progresista que la suya, se presentó al electorado como el hombre que logró modernizar al anquilosado Partido Conservador para transformarlo en una verdadera alternativa de Gobierno.

Aunque ideológicamente siempre se ha mostrado más bien ambiguo, ha defendido un conservadurismo "compasivo" para distanciarse del neoliberalismo feroz de sus antecesores y de la etiqueta de Nasty Party (partido malvado) que se ganaron los "tories" tras los años más duros del thatcherismo (1979-1990).

En su esfuerzo por reinventar a su partido, relegado a la oposición durante 13 años, Cameron lo depuró de sus elementos más reaccionarios y parece haber neutralizado -al menos de momento- las diversas corrientes internas enfrentadas en asuntos como la relación con las minorías o la Unión Europea (UE).

Ahora que ha llegado al poder, se enfrenta a la exigente tarea de mantener la unión dentro de su formación al tiempo que complace a sus socios liberaldemócratas.

Dimisión
El hasta el momento primer ministro británico, el laborista Gordon Brown, presentó ayer su dimisión a la reina Isabel II.

Brown anunció su renuncia a la jefatura del Gobierno en una emotiva declaración, junto a su esposa Sarah, frente al número 10 de Downing Street, residencia del primer ministro británico.

Posteriormente, se trasladó al palacio de Buckingham para reunirse con la reina Isabel, trámite necesario antes de invitar al líder "tory" a "intentar formar Gobierno", algo en lo que trabajaron durante toda la jornada de ayer las comisiones negociadoras del Partido Conservador y el Partido Liberal Demócrata.

Terminaron así casi tres años de Brown como jefe del Gobierno y 13 años de Ejecutivos laboristas en Londres, desde que Tony Blair ganó las elecciones al conservador John Major en 1997.

Con la voz quebrada, Gordon Brown se despidió con un agradecimiento especial a su esposa Sarah y a sus más directos colaboradores y se trasladó en su coche oficial a palacio, después de posar para los fotógrafos junto a sus dos hijos.

Brown manifestó en su declaración que fue "un privilegio servir" como primer ministro durante este tiempo, expresó sus mejores deseos para su sucesor en el puesto y añadió que su dimisión como líder del Partido Laborista también tendrá efectos inmediatos.
Fuentes cercanas a Brown informaron a la agencia local de noticias Press Association (PA) que su intención ahora es retirarse de la política y que por lo tanto renunciará a su acta como parlamentario obtenida en las elecciones del pasado jueves.

En este sentido, se refirió al cargo de primer ministro como "el segundo trabajo más importante que podría tener" y afirmó que su marcha le va a permitir "apreciar incluso más el primer trabajo más importante que podría tener, como esposo y como padre".