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Las prestaciones por desempleo y la pérdida de puestos de trabajo han causado un impacto significativo en las cuentas públicas, según el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien achacó al mercado laboral una parte "no desdeñable" del aumento del déficit.

Por eso, Fernández Ordóñez insistió en la necesidad de una reforma laboral que, en su opinión, es "la más necesaria de las reformas estructurales" y que, junto con la del sistema financiero y la consolidación fiscal, forman "los tres pilares" que necesita la economía española.

Durante su discurso de apertura del seminario sobre expectativas en el mercado laboral, organizado por el Banco de España y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Fernández Ordóñez afirmó que el gasto en desempleo representó en 2009 alrededor del 3 por ciento del PIB. En este sentido, dijo que el paro es un problema "que afecta a todo, al crecimiento, a la productividad y al déficit", y que son cifras "muy importantes" las que se están destinando a esta partida.

Por ello, consideró que una política que trate de reducir el paro y aumente el empleo "está favoreciendo de forma más fácil la consolidación fiscal".

Fernández Ordóñez aseguró que, durante la crisis, las políticas se han concentrado "con alguna justificación", en medidas con efectos a corto plazo, y subrayó que ahora "ha llegado el momento de trasladar la atención al medio y largo plazo" y de comenzar a abordar los problemas estructurales de las economías.

Las medidas a largo plazo, recalcó, pueden proporcionar una "inyección de confianza", ingrediente "capital" para retomar un crecimiento sostenido, puntualizó.

Respecto al compromiso del Gobierno de un recorte adicional de 0,5 puntos del déficit en 2010 y de 1 punto en 2011, el gobernador del Banco de España consideró "enormemente positivo" para la economía española anticipar su reducción porque "en cierto sentido va a ser ejemplar" pasar del 11,2 por ciento al 6 por ciento el año que viene.

El gobernador del Banco de España recordó que España está entre los países que en 2009 tenían un déficit por encima del 10 por ciento, mientras que la deuda era muy baja, "por tanto, el problema no era de deuda, era de déficit".

En cuanto a la reforma del sistema financiero, afirmó que tras la reunión que han mantenido el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del PP, Mariano Rajoy, "está en marcha y bien enfocada".
No obstante, advirtió a las entidades financieras de que el tiempo para llevar a cabo la reestructuración del sector "se acaba" y que si no lo hacen "el futuro será muy complicado".