Elena Salgado - Archivo

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La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, confió el viernes en Washington que las ayudas que van a prestar los socios europeos a Grecia después de la solicitud del gobierno heleno "consiga estabilizar los mercados" para que el país pueda contar con los recursos que necesita para poner en marcha sus planes para reducir su déficit "en el tiempo previsto".

Así lo aseguró Salgado en rueda de prensa al término de la reunión de los ministros del G20, en la que subrayó que en estos momentos hay encima de la mesa un programa "a tres años" en el que ya están contemplados hasta 30.000 millones de euros el primer año, y pidió esperar a que concluyan los trabajos del Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo para hacer una definición exacta "de las necesidades totales".

Preguntada más tarde en una segunda rueda de prensa junto al Comisario Europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y el presidente del BCE, Jean Cleaude Trichet, por los riesgos de contagio de la crisis griega, la ministra fue tajante al asegurar que España está en una posición "mucho mejor" que Grecia, idea que según dijo también comparte el director gerente del FMI, que dijo "claramente" que por encima de todo "España no está en la misma situación".

Al respecto, Trichet respondió que los países europeos "sin excepción" todavía tienen "mucho trabajo por delante" tanto en las reformas estructurales para mejorar el crecimiento como en el plano fiscal. "No veo ninguna excepción, pero evidentemente, España no es Grecia", dijo. Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos advirtió que la crisis de la deuda griega tiene potencial para afectar a la estabilidad financiera tanto a nivel europeo como a nivel mundial.

Tasas a los bancos

La ministra también se refirió a la propuesta de aplicar una nueva tasa a los bancos y reconoció que en estos momentos todavía se está "lejos" de una posición común en el caso europeo, aunque se van abriendo camino algunas ideas como el hecho de pensar que en la medida en la que algunos países no han tenido que aportar fondos de sus presupuestos "no parece razonable" pensar en una alternativa que sólo implicase a esos países.

Salgado también dijo que va ganando consenso la idea de que cualquier decisión que se tome debe ser "con carácter general" y no afectar solo a las entidades de mayor tamaño porque todas las entidades se podrían beneficiar de una mayor estabilidad financiera, y subrayó que en cualquier caso "no debe sustituir sino complementar" otras actuaciones que ya están en marcha como el incremento de capital y las exigencias de liquidez.

En este sentido, la vicepresidenta económica añadió que aunque los objetivos que se establezcan puedan ser "ambiciosos", la aplicación de las medidas deberá hacerse de manera "gradual" porque, según insistió, en estos momentos el sistema tiene que contribuir a financiar tanto el crecimiento como la recuperación. "Por eso no deberíamos imponerle cargas que sean excesivas", zanjó.

La ministra explicó que en la reunión del G20 el director del FMI hizo un breve resumen de la situación económica y en el caso europeo se dijo que ha empezado el crecimiento aunque "en cifras limitadas". Para Salgado es importante la coordinación en la fase de la recuperación "para evitar que la retirada de las medidas de estímulo genere nuevos desequilibrios". "Deben retirarse a más tardar en el 2011, pero muchos países ya hemos comenzado", dijo.