Un fuerte seísmo de 6,2 grados de magnitud en la escala abierta de Richter sacudió ayer la región norteña de Atacama y aunque no provocó víctimas ni daños materiales, trajo a la memoria de los chilenos el devastador terremoto del que hoy se cumple un mes.
Nuevos temblores en el norte y fuertes réplicas del devastador seísmo del 27 de febrero en el centro y el sur del país, recuerdan estos días a la población chilena que vive en la zona más sísmica del mundo y que hace treinta días vivió el quinto terremoto más fuerte de la historia.
El terremoto de 8,8 grados de magnitud y posterior maremoto que generó ese día, afectó al 80 por ciento de la población de un país que, a día de hoy, es más pobre y que afronta la reconstrucción como un enorme desafío del nuevo gobierno del conservador Sebastián Piñera, que asumió el poder hace apenas dos semanas.
En estos treinta días, el Ejecutivo debió aclarar sus números: primero las pérdidas para el país, finalmente fijadas en 30.000 millones de dólares, y posteriormente las cifras de víctimas tras el seísmo, que después de varios errores y sumas inciertas se contabilizaron en 342.
Paralelamente, empezó la revisión de responsabilidades en los organismos gubernamentales por no alertar a tiempo, así como en los juzgados, donde ya se presentaron las primeras querellas por los fallos en el aviso del maremoto en las costas de la región del Maule y el Bío Bío.
Mientras muchos se concentraban en rescatar sus pocas pertenencias bajo las ruinas, el derechista Piñera daba comienzo a su Presidencia con un discurso marcado por su llamamiento a "una nueva transición para construir un país desarrollado, sin pobreza y con verdaderas oportunidades de igualdad, cualquiera que sea la cuna".
El mandatario se marcó un plazo de 60 días para recuperar la normalidad tras el terremoto que dejó aflorar las brechas sociales y las diferencias territoriales.
Antes de la catástrofe, la región del Bío Bío, una de las más damnificadas, presentaba índices de pobreza del 20,68 por ciento de su población, el doble de la registrada en la región metropolitana de Santiago, fijada en un 10,55 por ciento, según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional.
"Las cifras van a empeorar. La pobreza se mide por el ingreso, y la gente que pierde el ingreso, como todos los damnificados, se queda directamente en la pobreza", explicó a EFE Leonardo Moreno, director de la Fundación para la Superación de la Pobreza en Chile.
Entre los damnificados, que suman 800.000, también se encuentran los que, a pesar de seguir recibiendo una pensión, han perdido todo su patrimonio, lo que en el caso de las personas mayores se traduce en perderlo todo y no tener tiempo de recuperarlo.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.