Reparto. Miles de personas todavía carecen de agua, luz y alimentos tras el terremoto - Reuters

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Un muerto y 55 personas detenidos fue el balance de la primera noche bajo toque de queda en la ciudad chilena de Concepción una de las más afectadas por el terremoto que el sábado causó la muerte de más de 700 personas en Chile, informaron ayer fuentes oficiales.

En la localidad de Chiguayante, vecina a la capital de la región del Bío Bío, un hombre aún no identificado murió tras recibir un disparo mientras caminaba por la calle junto a unos amigos, precisó el general Eliecer Solar, jefe de Carabineros en la zona. El incidente ocurrió a las 21.30 hora local, (00:30 GMT de ayer), cuando ya regía el toque de queda impuesto para contener los saqueos y otros actos de violencia ocurridos el domingo en Concepción, a 515 kilómetros al sur de Santiago. El incidente está siendo investigado, dijo el oficial de Carabineros, que añadió que los disturbios registrados durante la jornada nocturna estuvieron en el marco esperado por las autoridades. El subsecretario del Interior, Patricio Rosende, quien se encuentra en la zona, dijo que los detenidos por violar el toque de queda se suman a otros 105 arrestados durante los saqueos y otros actos vandálicos ocurridos en la ciudad durante el domingo.

Según Rosende, la primera jornada bajo toque de queda, que se extendió desde las 21 horas del domingo (00.00 GMT de ayer) hasta las 6 horas de ayer (09.00 GMT), fue "tranquila", con algunos "focos menores" de disturbios. Sin embargo, los habitantes de localidades vecinas a Concepción, como Chiguayante, San Pedro de la Paz y Hualqui, entre otras, dijeron haber pasado "una noche de terror", amenazados por turbas de antisociales que pretendían saquear sus viviendas, muchas de ellas desplomadas. "Sentimos disparos durante toda la noche, tuvimos que prender fogatas y cuidar nuestras cosas", dijo una pobladora de Chiguayante a los periodistas. Los vecinos agregaron que la presencia militar y policial en el sector "fue nula", durante la jornada. ayuda
Chile abrió formalmente la puerta a la ayuda internacional al solicitar ayer a la ONU asistencia concreta para socorrer a las víctimas del terremoto que causó al menos 723 muertos. El embajador chileno ante la ONU en Ginebra, Carlos Portales, pidió ayer a representantes de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) que envíen equipos para hacer una evaluación de daños, dijo a Efe la portavoz de la agencia, Elisabeth Byrs. "Los equipos de evaluación de daños estaban listos y a la espera, y ahora solo falta que nos den la luz verde, y mandaremos expertos que ya se encuentran en la región", explicó la portavoz.

En concreto, el diplomático señaló que necesitan puentes móviles, teléfonos satélites, generadores eléctricos, tiendas de campaña, hospitales, equipos quirúrgicos y centros de diálisis para hacer frente a los efectos del sismo de 8,8 grados Richter que sacudió el centro y sur de su país.