El coche que hoy nos ocupa es un vehículo japonés duro de pelar gracias a sus grandes virtudes, entre las que podríamos destacar la fiabilidad mecánica o la finura de funcionamiento del motor. Por todo ello es mejor hacer pequeños cambios a tiempo antes de dejar que un modelo acabe teniendo un índice de ventas puramente testimonial.
Esta versión ofrece una parte delantera modernizada parcialmente, ya que ha sustituido los faros de iluminación diurna convencionales por otros led, cosa que mejora bastante su aspecto, aunque parezca una tontería. Las ópticas son de grandes dimensiones y están rodeadas de un faldón anterior bastante bajo para ser un SUV y de unos parachoques de lo más envolventes.
La parte posterior también incorpora unos faros más bien discretos que se han visto mejorados también gracias a la adopción de iluminación led, hecho que les ha cambiado bastante la estética, huyendo de los tres colores tradicionales (rojo, blanco y naranja). Además, llama la atención el hecho de que sean muy diferentes a los que incorporan los otros modelos de la marca. De hecho, tienen un gran parecido a los que monta el Citroën DS4.
De la parte trasera del vehículo también destacamos los parachoques en tono bicolor, lo que le confiere una gran practicidad a la hora de aparcar y visibilidad cuando aparquen los demás.
MOTOR
El propulsor que hemos probado es el 1.5 i-VTEC de 130 CV, un motor de gasolina con cambio manual de seis velocidades. Ofrece unas prestaciones de lo más interesantes y consumo muy razonable. Además es de destacar su poca rumorosidad al circular. Como ya hemos dicho, las prestaciones son destacables, ya que tarda 10,2 segundos para acelerar de 0 a 100 Km/h y la velocidad máxima es de 192 km/h. Ambas cifras son destacables tratándose de un motor de gasolina de 1.498 cc. En la recuperación el motor también se comporta bastante bien, ya que en marchas largas vuelve a subir de vueltas con relativa facilidad, lo cual se agradece.
En cuanto al consumo, la marca anuncia una media de 5,6 litros a los 100 Km, una cifra bastante buena. Nosotros, en un recorrido mixto, hemos conseguido 6,4 litros, que también es una cifra muy interesante.
El interior del HRV está muy equilibrado en todos los sentidos. Los cinco posibles ocupantes van cómodamente sentados, con suficiente espacio para las piernas y con la posibilidad de llevar bastante equipaje gracias al doble fondo que tiene el maletero.
Las calidades del interior son buenas, con la ausencia casi total de plásticos duros que puedan disminuir su buena imagen. La disposición de todos los elementos es la lógica, sin ninguna de las excentricidades que adornan por ejemplo al Civic, que tiene un interior más futurista. La comodidad de los asientos también se ha visto mejorada considerablemente, cosa que se agradece si se hacen muchos kilómetros.
Los marcadores ofrecen una distribución clásica, aunque la pequeña pantalla se encuentra en la parte derecha del cuadro de instrumentos donde se da información práctica al conductor. Lástima que ésta no sea a color.
La consola central está presidida por una pantalla táctil de grandes dimensiones, en la que se encuentran importantes gadgets de comunicación o el práctico navegador.
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