Un roadster muy ‘seductor’. | Miquel Àngel Llabrés

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El fabricante transalpino vuelve a apostar por los nombres reciclados con este Fiat 124 Spider. El Fiat 124 como tal fue producido por la casa de Turín hace cincuenta años, entre 1966 y 1974, en Italia y en otros países. Inicialmente estaba disponible en una sola versión berlina de cuatro puertas, pero a partir de 1967 también se vendió una versión familiar de cinco puertas, un coupé de cuatro plazas y un convertible de dos plazas, que viene a ser el que hoy nos ocupa.

Hay que decir que es un vehículo con un diseño muy llamativo, descapotable biplaza, que destaca por su gran frontal, que le da una cierta imagen retro muy interesante que culmina con la capota de tela de color negro. Las luces delanteras son led, de un diseño original y moderno, que iluminan muy bien de noche y que tienen un cierto toque oriental. La parte trasera destaca por tener una imagen que encaja muy bien en el conjunto, ya que mantiene la iluminación led y le acaba de dar esa imagen roadster tan particular. Podríamos decir que tiene puntos en común con el Mazda MX-5, aunque el italiano es más espectacular en su conjunto.

MOTOR

El propulsor ha sido uno de los puntos que nos ha sorprendido más agradablemente del Fiat 124 Spider, ya que los 140 CV –también hay una versión de 170 CV– del propulsor 1.4 turboalimentado dan mucho de sí. Se trata de una fiera que cuando se «despierta» y entrega toda su potencia, el empuje se nota mucho, a lo cual también ayuda notablemente que sea un tracción posterior.

Todo eso se refleja en las prestaciones del vehículo, que son mucho más que aceptables gracias a este motor tan elástico. Así, tarda 7,5 segundos para pasar de 0 a 100 Km/h y la velocidad máxima es de 215 Km/h. En la recuperación es quizá donde cojea un poco porque tarda bastante en volver a subir de vueltas.

Al motor sólo se le pueden poner dos peros; por una parte el consumo, que no es muy bajo, 6,4 litros según la marca, pero nosotros hemos conseguido casi 8 en un recorrido mixto.

La otra pega del motor es el ruido que se traduce dentro del habitáculo cuando el motor sube de vueltas, lo cual también es quizá un «daño» colateral de un vehículo un poco retro como este, al ser también descapotable.

INTERIOR

El interior del Spider es austero y bien acabado a la vez. La tapicería de cuero marrón le queda muy bien y le da un toque de calidad importante. Al ser un dos plazas el espacio interior brilla por su ausencia, ya que no tiene guantera delantera, sino que se encuentra en la espalda del asiento frontal (y no muy grande), cosa que no es excesivamente práctica. Por ota parte, la posición del conductor es bastante baja, lo cual requiere acostumbrarse al principio, porque también la entrada al vehículo es diferente a la de un automóvil normal. El marcador tiene un equilibrio perfecto entre modernidad y memoria histórica, ya que combina la información analógica de foma perfecta, sin que esta última resalte en absoluto. El blanco y negro son la base de este cuadro de instrumentos, que se ve complementado por la pantalla a color situada en la consola central.