Antonia Coll, junto a su Citröen 2 CV que le regaló su padrino. | Juan Miguel Giménez
Antonia Coll es la propietaria de este bonito Citröen 2 CV que heredó de su padrino. Lo cierto es que lo conserva de pura casualidad, pues después de muchos años de utilizarlo su padrino, que lo había comprado de segunda mano en el año 1980, decidió que era el momento de cambiar de vehículo y, dado los años que tenía, lo entregó a un desguace, momento en el que entró en liza Javi, el hijo de Antonia, que consideró que sería un coche ideal para su madre, de ahí que hubo que ir al desguace a recuperarlo y una vez solucionado todo el papeleo y de nuevo el coche en la familia, el marido de Antonia se puso manos a la obra y procedió a una restauración, dejándolo en un perfecto estado, el que ahora tiene.
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