Imagen de desplazados por los enfrentamientos en la ciudad de Goma en el Congo. | Aubin Mukoni

TW
1

El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) aseguró este lunes que ha tomado la estratégica ciudad de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), tras días de intensos combates con el Ejército congolés que han provocado el desplazamiento de miles de personas.

En un comunicado, la Alianza Río Congo (AFC-M23, en francés), una coalición político-militar de la RDC que integra al M23, anunció un «glorioso día que marca la liberación de la ciudad de Goma».

«Instamos a todos los residentes de Goma a mantener la calma. La liberación de la ciudad se ha llevado a cabo con éxito y la situación está bajo control», subrayó el grupo.

El M23 señaló que «todo el personal militar de las FARDC (Fuerzas Armadas de la RDC) debe entregar inmediatamente sus armas y equipo militar a la Monusco (misión de paz de la ONU en el país) para su custodia».

A la espera de la reacción del Gobierno congolés, los rebeldes también declararon que todas las actividades en el lago Kivu, colindante con la ciudad, «quedan suspendidas hasta nuevo aviso».

Vídeos publicados en redes sociales muestran a miembros del M23 patrullando las calles de la capital.

Los insurgentes entraron en la urbe después de que este domingo el Consejo de Seguridad de la ONU celebrase una reunión urgente para analizar la crisis en el este de la RDC.

Asimismo, la crisis ha elevado la tensión diplomática entre la RDC y Ruanda, pues la República Democrática del Congo retiró a su personal diplomático en Ruanda y ordenó el cese de actividad en la embajada ruandesa en Kinsasa.

Esa tensión diplomática aumentó tras intensificarse la pasada semana los combates del M23 con el Ejército congoleño, apoyado por milicias afines y dos misiones de paz: la de la Monusco y la de la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC), conocida como SAMIDRC.

Aunque Ruanda niega la presunta colaboración de Kigali con el M23, este extremo ha sido confirmado por las Naciones Unidas.

A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con el grupo rebelde Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país, una colaboración también confirmada por la ONU.

En ese sentido, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este domingo a las Fuerzas de Defensa de Ruanda (Fuerzas Armadas) que se retiren del este de la RDC y dejen de apoyar al M23.

Guterres demandó al M23 que «cese inmediatamente todas las acciones hostiles y se retire de las zonas ocupadas» y exigió, además, a «las Fuerzas de Defensa de Ruanda que cesen su apoyo al M23 y se retiren del territorio» congoleño.

En las últimas 48 horas, recordó, tres cascos azules de la Monusco, dos de Sudáfrica y uno de Uruguay, «resultaron muertos» en combates con el M23; mientras otros once fueron «heridos».

La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte, y en marzo de 2022 el grupo empezó una ofensiva con la captura y pérdida recurrentes de localidades.

Desde entonces, el M23 ha avanzado por varios frentes hasta situarse cerca de Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU y que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la Monusco.