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Ahora que se está jugando la Eurocopa, a falta de la final, conviene recordar una expresión que se suele aplicar a los partidos de fútbol: la clave no está en cómo empiezan, sino en cómo terminan. Lo que cuenta es el resultado cuando el árbitro pita el final. Esto se puede aplicar a la foto final de la ultraderecha y su distribución en el Parlamento Europeo. La décima legislatura arranca este martes en la UE con todas las piezas ya colocadas, en un esquema de juego que no se parece demasiado a la aspiración que tenían estos partidos políticos en las elecciones del 9 de junio. Lo que cambia la vida.

La derecha radical ha pasado de querer formar un supergrupo a dividirse en tres, con una familia política más que en el pasado lustro. En la lado de la derecha, ECR se mantiene como el único grupo que sobrevive desde 2019, con otros dos que son nuevos: los Patriotas por Europa, fundados y liderados por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y los Soberanistas, que no dejan de ser una escisión de los anteriores, con AfD a la cabeza. Esos dos últimos pasos enterraron del todo a Identidad y Democracia (ID), la familia política que apadrinaron Marine Le Pen y Matteo Salvini hace cinco años y que solo ha durado un lustro.

"Tendremos un Parlamento Europeo muy estrecho, mucho", asumen fuentes comunitarias consultadas por 20minutos, en una línea que ya se empezó a marcar desde las pasadas elecciones europeas. Los números no mienten: tal cual salen las cuentas ahora, los tres grupos de derecha radical suman los mismos escaños que el Partido Popular Europeo, la fuerza más votada el 9 de junio. "Son un bloque dividido, pero al fin y al cabo pueden unir sus votos en la mayoría de las votaciones; les distinguen los matices y temas sensibles, como la ayuda a Ucrania", comentan las fuentes, a la espera de que la legislatura eche a andar.

¿Cómo es el mapa final? Tiene que quedar claro, eso sí, que no tiene que ser algo estanco: los partidos pueden entrar y salir de los grupos políticos en cualquier momento de la legislatura. Por partes, 84 eurodiputados tendrán los Patriotas por Europa. Si bien el impulsor es Vikto Orbán, su partido, Fidesz, no es el mayoritario: los capitanes del grupo serán RN (30 eurodiputados), la formación de Marine Le Pen. En este sentido, Jordan Bardella, el enfant terrible de la lideresa, será el presidente del grupo, que compartirán con la Lega de Salvini, el FPO austriaco o Vox, que tendrá una vicepresidenta en manos de Hermann Tertsch. Y no, no son una familia tan bien avenida, sobre todo en lo referente a la invasión rusa de Ucrania. Sí coinciden en su discurso antiinmigración, su defensa de la familia tradicional o la oposición de plano al Pacto Verde.

Con 78 asientos se quedan los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR, por sus siglas en inglés). Es el único grupo que sobrevive como tal respecto a la pasada legislatura. Sigue a la cabeza del mismo Giorgia Meloni, que no es eurodiputada pero sí presidenta de esta familia, donde sus Fratelli son el partido mayoritario y harán un frente común con los polacos de Ley y Justicia. Son los que han sufrido bajas a raíz de la formación de Patriotas, pero se mantienen más cerca del PPE que estos; de hecho, es de esperar que a la hora de votar coincidan en muchas ocasiones con la derecha tradicional. Aspiraban a ser el tercer grupo de la Eurocámara, pero se han visto superados por los de Orbán. Reivindicarán, con todo, "la Europa de las Naciones", aunque desde una perspectiva más pragmática en el día a día.

Menor fuerza tendrán los Soberanistas (ESN), con 25 eurodiputados finalmente. Han sido los últimos en llegar y se forma porque AfD fue expulsado de ID en su momento, después de que su entonces líder en el Parlamento Europeo, Maximilian Krah, asegurase que ser de las SS en la época hitleriana "no equivalía a se un criminal". Krah también está suspendido de su partido por sus posibles vínculos con China. Los Soberanistas se colocan en el lado más extremo de la derecha europea, y se sentarán en el mismo grupo que los polacos de Confederación, entre otros; llevarán a la Eurocámara la propuesta más rupturista con la actual Unión Europea, aunque su peso no es tan grande como para decidir políticas y pueden sufrir un cordón sanitario claro.

No tendrá el abrazo de ninguna familia política Alvise Pérez y sus tres eurodiputados de Se Acabó la Fiesta. En un primer momento se había anunciado que estarían en Soberanistas, pero el paso no se ha dado de manera oficial; todavía se mantienen en negociaciones y darán a conocer su decisión a finales de este mes por lo que, como mínimo, en el primer pleno de la legislatura estarán en los No Inscritos, es decir, en el 'grupo' de aquellos eurodiputados que no tienen familia política. Su presencia en el día a día de los plenos y las comisiones parlamentarias es muy reducida en cuanto a tiempo y espacio, pero también en lo que se refiere a las asignaciones económicas.

Todo esto cambia la distribución de fuerzas, con un Parlamento Europeo más dividido y con una mayor carga ideológica. La tradición de la Eurocámara nos dice que los acuerdos transversales eran la norma, pero eso podría cambiar en la legislatura que empieza la semana que viene; el eje derecha-izquierda es más claro que en otras ocasiones, o al menos la mayoría proeuropea frente a otra amalgama de grupos con distinto grado de euroescepticismo. Los próximos cinco años serán, parece, los de las políticas que se decidirán en los detalles.