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El Ejército israelí ha vivido este sábado su jornada más mortífera en Gaza desde enero, con 8 soldados muertos en una gran explosión cuando se encontraban en un vehículo blindado en Rafah (en el sur de la Franja) que han reivindicado las Brigadas al Qasam, el brazo armado de Hamás.

Entre los ocho fallecidos se encontraba el capitán Wassem Mahmoud (23 años), subcomandante del Batallón de Ingeniería 601 el Ejército israelí, mientras que los nombres del resto aún no han trascendido, si bien sus familias han sido informadas de lo ocurrido, según recogió un comunicado castrense.

Esta ha sido la jornada más letal para el Ejército israelí desde el 22 de enero, cuando murieron 21 militares al derrumbarse sobre ellos dos edificios en el incidente más mortífero desde que Israel lanzó la operación terrestre en el enclave.

Las brigadas al Qasam, el brazo armado de Hamás, han reivindicado este sábado por la mañana el ataque como "una emboscada contra vehículos enemigos" que se encontraban en la zona de Tal al Sultan, en el oeste de Rafah.

Según la organización islamista, atacaron un vehículo blindado de ingeniería de combate 'Namer' utilizando un proyectil Al Yassin 105, que lo incendió y mató a los ochos militares.

El portavoz del Ejército, Daniel Hagari, ha declarado en la noche de este sábado en una comparecencia que el incidente "probablemente" lo causó un dispositivo explosivo colocado cerca del blindado o un misil antitanque disparado contra él.

Con todo, las fuerzas armadas apuntan a que la explosión de una bomba alcanzó al vehículo, que iba cargado con material explosivo, provocando que este también estallara y desencadenando una gran detonación que mató a los ocho soldados.

Rafah se ha convertido en uno de los núcleos de la ofensiva israelí en la Franja, y en la fuente de la mayoría de sus bajas desde que las fuerzas armadas entraron en la ciudad el pasado 6 de mayo.

En total, 307 soldados han muerto en Gaza desde que comenzó la operación terrestre en el enclave, y al menos otros 1.500 han resultado heridos, según el propio Ejército. Son más de 620 muertos si se tiene en cuenta el ataque de Hamás del 7 de octubre.

Netanyahu: "No hay alternativa a la victoria"

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha difundido un videocomunicado para mostrar sus condolencias por la muerte de estos ocho soldados en Rafah, en el que insistió en la necesidad de seguir combatiendo en la Franja, ya que "no hay alternativa a la victoria".

"Este enemigo monstruoso no pretende detenerse aquí. Junto al resto del malvado eje del mal de Irán, seguirá intentando destruirnos", ha afirmado en el vídeo, "por lo que no hay alternativa a la victoria".

Bajo esta premisa, Netanyahu ha reivindicado una vez más lograr los "objetivos de guerra" de Israel frente al alto el fuego: destruir las capacidades militares y gubernamentales de Hamás, rescatar a los rehenes, asegurar que Gaza no es una amenaza para el país y que los residentes evacuados puedan volver a sus casas, tanto en el norte, junto a la frontera con el Líbano, como en el sur.

"Nos esperan muchos más retos", ha augurado el líder israelí de cara a la guerra que el país libra "en varios frentes, incluyendo el internacional".

Bombardeos al este, centro y oeste de Rafah

En la sureña Rafah también han continuado los bombardeos israelíes en el centro, este y oeste del enclave, siguiendo la declaración de intenciones de este viernes del comandante del Comando Sur del Ejército, Yaron Finkelman, que auguró que los soldados seguirían avanzando en la ciudad "hasta lograr todos sus objetivos".

Este sábado, los equipos de rescate han logrado sacar de entre los escombros de viviendas bombardeadas en la ciudad 9 cadáveres que fueron trasladados al hospital de Jan Yunis, a unos 7 kilómetros hacia el norte de Rafah.

En torno a un millón de personas han huido de la ciudad ante el avance de las tropas hacia otros puntos del sur y centro de Gaza, como las playas de Al Mawasi (al oeste de Rafah) —designadas por Israel como "zona segura" a pesar del rechazo de las organizaciones humanitarias—, el campo de refugiados de Deir al Balah (centro) o la vecina Jan Yunis.

La crisis humanitaria se agrava

En la madrugada de este sábado, el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) ha comunicado la retirada por un tiempo indefinido del muelle flotante que instaló en Gaza para facilitar la entrada de ayuda humanitaria a causa de las altas mareas previstas, que ponían en riesgo a sus efectivos y amenazaban con volver a destruir la estructura.

Días antes, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció el cese de su actividad en el muelle por seguridad, ya que el Ejército israelí utilizó sus alrededores para prepararse para la operación en Nuseirat en la que mató a 274 palestinos y rescató a cuatro rehenes vivos.

"Con las continuas restricciones del acceso humanitario, la gente de Gaza sigue afrontando niveles de hambre desesperados. Más de 50.000 niños necesitan tratamiento para la desnutrición aguda", ha escrito en X la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).

Este viernes, la muerte de un niño por desnutrición elevó a 40 la cifra de víctimas mortales del hambre en Gaza, donde desde el inicio de la guerra han muerto cerca de 37.300 personas.