El líder chino recalcó que Pekín apoya a Rusia «en la lucha contra el terrorismo» e incidió en que ambos países deben «implementar plenamente» los «consensos» que alcanzó con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Por su parte, Lavrov dijo en su encuentro con Xi que Rusia admira «profundamente» los «logros» conseguidos por China, que han «brindado importantes oportunidades para que otros países puedan desarrollarse». «La prioridad de la política exterior de Rusia es consolidar y mejorar los lazos con China.
La exitosa reelección del presidente Putin asegura la continuidad de estas relaciones», sostuvo el diplomático. Agregó que Rusia busca «fortalecer la colaboración bilateral y multilateral y trabajar con otros países del 'Sur Global' para contribuir a la formación de una sociedad más justa». Críticas a Occidente Horas antes, Lavrov comparecía ante la prensa junto a su homólogo Wang Yi para celebrar el buen momento «sin precedentes» de las relaciones bilaterales y cerrar filas para combatir «comportamientos hegemónicos e intimidatorios», en referencia a Estados Unidos.
«Nos mantendremos alerta ante cualquier intento de castigo unilateral que tenga el peligro de colapsar las cadenas de suministro», dijo Lavrov apenas un día después de que la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, alertase sobre el «riesgo» que supone el «exceso de capacidad industrial» de Pekín. Por su parte, Wang Yi matizó que las relaciones con Moscú se basan «en la no alineación y la no confrontación» y que buscan «construir un mundo multipolar en el que no tenga cabida el hegemonismo».
«Buscaremos más resultados beneficiosos en nuestra asociación y apostaremos por una globalización económica inclusiva que se oponga al unilateralismo y al proteccionismo», afirmó. Ambos diplomáticos exhibieron su entendimiento en la mayoría de los temas candentes a nivel global y Lavrov agradeció la «posición imparcial de China» sobre la guerra en Ucrania, así como «su voluntad de desempeñar un rol constructivo» para solucionar «esta crisis» de forma política.
«Han tenido en consideración las razones por las que se desató este conflicto y han mostrado su compromiso para encontrar una solución», dijo, si bien avisó de que Rusia no participará en ningún evento internacional en el que no se tenga en cuenta la posición de Rusia sobre la guerra. Desde el comienzo de la contienda en Ucrania, China ha mantenido una postura ambigua: ha pedido respeto para «la integridad territorial de todos los países», incluida Ucrania, pero atención a las «legítimas preocupaciones de todos los países», en referencia a Rusia.
Proximidad sobre Gaza
Asimismo, Wang señaló que China y Rusia, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, tienen «la responsabilidad» de intentar resolver conflictos y de «valorar la paz». «Hemos discutido sobre Ucrania, sobre Palestina, sobre Asia-Pacífico. China siempre intenta ir al fondo de las cuestiones y jugar un papel constructivo teniendo en cuenta los intereses de todas las partes», explicó. Así, resaltaron la importancia de un alto el fuego en Gaza y del apoyo a la nación palestina para «establecer su propio estado».
Wang señaló que ambos están de acuerdo en que la reciente resolución del Consejo de Seguridad sobre un alto el fuego en Gaza, en la que Estados Unidos no ejerció su derecho a veto, es «vinculante» y de «obligado cumplimiento». Por otra parte, Lavrov aludió a la región de Asia-Pacífico, donde ambos países quieren que haya «paz y estabilidad» pese a «los esfuerzos estadounidenses por crear uniones políticas dirigidas contra Rusia y China» en la zona.
Según el canciller ruso, este comportamiento por parte de Washington va «en contra de sus propios intereses y los de sus aliados». Estas declaraciones se producen en un momento de tensiones en la región a cuenta del inminente comienzo del mandato del presidente electo de Taiwán, William Lai (Lai Ching-Te), calificado de «alborotador» por Pekín, y de los conflictos territoriales entre China y Filipinas en el mar de China Meridional. En ese sentido, Lavrov aseveró que la cuestión de Taiwán, isla cuya soberanía Pekín reclama, es un «asunto interno de China» y que cualquier intervención externa es «intolerable».
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Se temen los dos , no iniciarán nada.