El humo se eleva tras un ataque aéreo israelí en el norte de la ciudad de Gaza este jueves, | MOHAMMED SABER

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Asediados por Israel y retenidos por el movimiento islamista Hamás, los civiles de la Franja de Gaza están atrapados en un fuego cruzado que cumple seis días; no tienen dónde refugiarse y tampoco pueden abandonar el enclave palestino, que está colapsando mientras acumula más de 1.400 muertos y 6.200 heridos. Con niños en brazos y ancianos a cuestas, las familias gazatíes huyen de un lado a otro en la desesperada búsqueda de refugio ante los constantes ataques -por aire, mar y tierra- de Israel, que prometió «borrar de la Tierra» a Hamás y especialmente a sus fuerzas especiales Nukba (Élite), autores del masivo ataque que inició la guerra el sábado pasado.

«Sí, (la ofensiva) es más grande que nunca», reconoció el teniente coronel Richard Hecht, portavoz del Ejército israelí. Aterrorizados, tres niños gazatíes, uno de ellos con la cabeza vendada, se sientan en un banco del hospital Al Shifa, el más grande de la ciudad de Gaza, donde se refugiaron junto a cientos de personas. A su lado, una mujer descalza descansa acostada en el piso junto a su bebé. «Primero buscamos refugio en las escuelas de la ONU, había miles de personas allí en duras condiciones de vida, sin electricidad, agua ni instalaciones higiénicas. Tuve que huir al barrio de Al Nasr, con la esperanza de proteger a mis hijos de las enfermedades», cuenta a EFE Ahmed al Saadi. Pero este hombre de negocios de 38 años tuvo que irse de ahí también cuando empezaron a caer los proyectiles israelíes, y ahora se encuentra en el hospital Al Shifa.

«Algunos consideraban que mi casa era un paraíso, con seis habitaciones y un jardín de última generación. No puedo entender cómo terminé aquí», comenta. En tanto, unas 3.000 personas, familias enteras y algunos periodistas, inundaron el lujoso hotel Al Mashtal mientras llaman a la Cruz Roja Internacional para pedir ser evacuados, luego de que ocho torres residenciales donde vivían, con más de 300 apartamentos, fueron reducidas a escombros. Ya no tienen agua ni alimentos. Incluso Nadia El Nakla, la esposa del ministro principal de Escocia, Humza Yousaf, denunció a la BBC que sus padres están atrapados en el enclave, «aterrorizados», tras haber acudido a visitar a un pariente enfermo.

Bajo el fuego

Pero la ciudad de Gaza no es la única bajo fuego: espesas nubes grises de humo y polvo aparecieron tras una serie de bombardeos sobre barrios cercanos a Rafah, el cruce fronterizo con Egipto en el extremo sur de la Franja, mientras que en Beit Hanoun y Beit Lahia, en la punta norte cercana a Erez, el paso fronterizo con Israel, no cesan los ataques con artillería y los bombardeos que redujeron a escombros unas varias torres residenciales. Solo este jueves, al menos 150 personas murieron en la Franja por los ataques israelíes, según el Ministerio de Sanidad palestino. Además, en el norte, el Ejército israelí dejó caer del aire una miríada de papeletas ordenando la evacuación, algo que ocurre por primera vez en esta escalada y que los gazatíes interpretan como el aviso de una incursión por tierra. Sin embargo, el Ejército desmintió los rumores sobre una inminente invasión terrestre en Gaza, pero no lo descarta a medio plazo.

Atrapados

Hamás, que controla de facto Gaza desde 2007, rechazó este jueves una propuesta de Egipto para instalar un corredor humanitario, argumentando que eso «obligaría al pueblo palestino a abandonar su patria». A su vez, exigió el suministro de electricidad, alimentos e insumos médicos para garantizar el «derecho a la vida» de los 2,3 millones de gazatíes. Israel también rechazó una propuesta egipcia para habilitar una zona temporal de acogida de desplazados en el enclave, que esté libre de fuego, según fuentes de seguridad de Egipto. Los desplazados dentro de la Franja han superado los 338.000, informó hoy la ONU.

Colapso de la Franja

La Franja depende de Israel para el vital suministro de electricidad, combustible, alimentos o bienes de consumo, todo lo cual ha quedado bloqueado completamente tras declararse en guerra. Así, en medio de un apagón eléctrico general, se han agravado vertiginosamente las condiciones humanitarias en el enclave. «Los servicios de salud han llegado a una etapa crítica y los medicamentos, el material médico y el combustible se están agotando», advirtió el Ministerio de Sanidad de la Franja, al asegurar que los hospitales están desbordados, con «pacientes en el suelo». Desde que estalló la guerra, al menos 10 miembros del personal médico han muerto y 14 instalaciones sanitarias han estado bajo ataque, mientras los exhaustos médicos se esfuerzan por tratar a los niños heridos en prioridad. Al menos 447 menores han muerto en Gaza y otros 1.531 han resultado heridos en esta guerra por efecto de los bombardeos israelíes, mientras que los niños y mujeres representan el 60% de los 1.417 muertos, según cifras de Hamás. Del lado israelí murieron más de 1.300 personas víctimas del ataque de los milicianos, muchos de ellos mujeres y niños que fueron masacrados e incluso mutilados y quemados. El presidente israelí, Isaac Herzog, responsabilizó este jueves a toda la Franja de Gaza de esas masacres, asegurando que los gazatíes hubieran podido «luchar contra el régimen maligno» de Hamás, cuando tomó el poder.