La nave, denominada Titan comenzó su descenso el domingo con cinco ocupantes a bordo. Pretendían bajar unos 3.800 metros bajo el nivel del mar, para explorar los restos del Titanic, hundido en 1912 a 600 kilómetros de Terranova (Canadá). Sin embargo, solo dos horas después de empezar la inmersión, se perdió toda conexión con el submarino. Desde entonces, nada se sabe de ellos. La situación es especialmente dramática debido a que el Titan no es capaz de autopilotarse, sino que lo dirige una nave de apoyo en la superficie. Al perderse la conexión con el sumergible, este quedó desde el domingo totalmente desamparado.
¿Quiénes viajan a bordo?
Medios británicos apuntan a que en el sumergible viajan cinco personas: el magnate de origen paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman; el explorador británico Hamish Harding; el exoficial de la Armada y explorador francés, Paul-Henry Nargeolet, y Stockton Rush, CEO de la empresa Ocean Gate. El precio por el viaje ronda los 250.000 dólares por persona.
Detectan ruidos esperanzadores
La Guardia Costera estadounidense confirmó este miércoles que se están estudiando los ruidos detectados en la zona en la que se busca el sumergible. En una entrevista con CBS News, el contralmirante de la Guardia Costera estadounidense, John Mauger, detalló que la víspera del miércoles varias boyas de sonar desplegadas por aviones detectaron «ruido en el agua». «No sabemos la fuente de ese ruido, pero hemos compartido esa información con los expertos de la Marina», que están intentando «ubicar la fuente de esos ruidos», detalló. Se trata de ruidos que se producen en intervalos de cada 30 minutos. Antonio Crucelaegui, director de la Escuela de Ingenieros Navales de la Universidad Politécnica de Madrid, se mostraba este miércoles cauto al respecto en Antena 3: «El periodo de emisión sónico es un poco dilatado, de 30 minutos», decía, apuntando que seguramente procediesen de «un dispositivo que se ha lanzado automáticamente sin la actuación humana».
Polémicas
Hace ahora ya cinco años representantes del sector de vehículos subacuáticos alertaron a Stockton Rush, CEO de la empresa Ocean Gate y uno de los ocupantes de la nave Titán, de riesgos «de menores a catastróficos» que implicaban sus viajes, según publica The New York Times. Otra de las polémicas que ha saltado a raíz de la desaparición del Titán ha sido protagonizada por un exempleado de la compañía. David Lochridge, según la CBS, alertó de falta de seguridad en los viajes. Posteriormente, fue despedido. También ha trascendido por parte de los amigos del francés Paul-Henry Nargeolet, otro de los tripulantes de la nave, que les comentó que «no confiaba» en la seguridad del viaje, pero que participaría «por la belleza de la expedición». El periódico francés Le Figaro recoge la declaración de Henry Nargolet: «No confío en este nuevo submarino de material compuesto con un ojo de buey de 60 centímetros, pero voy de todas formas por la belleza de la expedición».
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.