Destrucción en un barrio residencial en la región de Járkov, que sigue siendo disputada por ambos ejércitos. | Reuters

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Un total de 150 cuerpos han sido rescatados de entre los escombros en un total de 98 emplazamientos de la región ucraniana de Járkov, en el este del país y una de las más bombardeadas por los rusos desde que comenzó la invasión el pasado 24 de febrero. Los cuerpos fueron recuperados por los rescatistas del Servicio Estatal de Emergencia de Járkov, tras haber limpiado completamente los escombros de lugares destruidos por los bombardeos rusos, informaron las agencias locales ucranianas.

«En Járkov, nuestras unidades han limpiado completamente los escombros en 98 ubicaciones, explicó Anatoli Torianyk, jefe adjunto del servicio de emergencia de la región, citado por Interfax-Ukraine. La región de Járkov y su capital, del mismo nombre y la segunda en importancia del país, fue una zona especialmente castigada por los bombardeos rusos en sus intentos de acceder desde allí a las vecinas regiones prorrusas del Donbás.

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El responsable de los servicios de emergencia también informó de que cinco personas habían muerto «en el cumplimiento de su deber». Se trata de dos rescatistas que habían tratado de apagar un incendio causado por los ataques, así como tres especialistas en eliminación de minas. Otros siete expertos en eliminación de minas habían resultado heridos en los últimos días.

Según Torianyk, los especialistas en remoción de minas respondieron a entre 100-120 solicitudes diarias en los primeros días posteriores al inicio de la invasión rusa. En menos de tres meses han atendido un total de 4.000 emergencias y han eliminado 3.000 artefactos explosivos. «Hasta el día de hoy, hemos recibido más de 2.000 llamadas sobre explosivos encontrados en las calles o edificios residenciales; nuestros especialistas simplemente no dan abasto para limpiarlo todo». Precisamente en las últimas horas fuentes gubernamentales al más alto nivel en Kiev afirmaron que el proceso de retirar todas las minas en Ucrania requerirá de cinco a siete años, según los pronósticos más optimistas.