En una declaración ante la Cámara de los Comunes (Baja), Hancock aseguró que en los últimos días los científicos británicos han detectado «una nueva variante de coronavirus que puede estar asociada a la propagación más rápida en el sur de Inglaterra».
El ministro anunció en esa misma comparecencia que Londres, así como los condados de Essex (este de Inglaterra) y Kent (sureste), pasan al nivel máximo de restricciones, por lo que a partir del miércoles deberán cerrar bares y restaurantes salvo para entregas a domicilio.
Todavía se desconoce hasta qué punto el incremento de contagios en todas las franjas de edad se debe a la nueva cepa, pero la situación hace necesarias «acciones rápidas y decisivas», enfatizó Hancock.
Hasta el momento se han identificado más de mil casos de esta nueva variante, especialmente en el sur de Inglaterra, y las autoridades británicas ya lo han notificado a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Hancock añadió que no hay ninguna prueba de que la variante tenga efectos más nocivos sobre la salud de los enfermos y consideró «muy improbable» que las vacunas desarrolladas contra la covid pierdan efectividad con la nueva cepa.
Por otro lado, la decisión del Gobierno de meter a Londres en el nivel 3 de restricciones (riesgo muy alto) llega menos de dos semanas después de que terminase el confinamiento de un mes al que Inglaterra estuvo sometida hasta el pasado 2 de diciembre.
La medida implica que no podrá haber ningún tipo de reunión social bajo techo y que sólo se permitirán encuentros entre gente de diferentes hogares en el exterior, y con un máximo de seis personas.
También conlleva el cierre de toda la hostelería, salvo comidas para llevar o entregas a domicilio, y la recomendación de evitar cualquier viaje fuera de la zona sometida a esas restricciones.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, ha pedido también al Ejecutivo que se cierren de inmediato los colegios de educación secundaria, entre cuyos estudiantes se registra un rápido crecimiento de casos.
La OMS dice que «no hay pruebas de que la nueva cepa se comporte diferente»
La responsable técnica de la gestión de la pandemia de COVID-19 en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkhove, ha señalado que «hasta ahora no hay pruebas» de que la nueva cepa del virus de COVID-19 detecta en Reino Unido «se comporte de manera diferente».
En rueda de prensa, Van Kerkhove ha resaltado que esta variante ya ha sido analizada por el Grupo de Trabajo de Evolución de Virus de la OMS. «Ha surgido en el contexto de las variantes de visón identificadas en otros lugares», ha asegurado.
En esta misma línea, el director ejecutivo del programa de emergencias de la OMS, Mike Ryan, ha apuntado que «este tipo de evolución y mutaciones son en realidad bastante comunes. «La pregunta, como hemos tenido más recientemente con las variantes de visón en Dinamarca y las anteriores, es: ¿esto hace que el virus sea más grave? ¿Permite que el virus se transmita más fácilmente? ¿Interfiere de alguna manera con los diagnósticos? ¿Interferiría de alguna manera con la eficacia de la vacuna? Ninguna de estas preguntas se ha abordado todavía», ha reflexionado.
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