Al concluir la visita de cinco minutos a la catedral, el periodista le preguntó al mandatario por diferentes depósitos bancarios sospechosos que fueron hechos en los últimos años en la cuenta de la primera dama, a lo que Bolsonaro respondió recordando una denuncia según la cual los propietarios del diario O Globo recibían sobornos de un cambista.
Tras insistir en la pregunta, el líder ultraderechista, aunque sin mirar directamente al interlocutor, manifestó su deseo de agredir al periodista.
Según denuncias publicadas en los últimos días por diferentes medios, el expolicía Fabricio Queiroz, un antiguo conocido de la familia Bolsonaro, hizo entre 2011 y 2016 una veintena de depósitos en una cuenta bancaria de Michelle Bolsonaro por un total de 89.000 reales (unos 15.892,8 dólares).
Queiroz está detenido actualmente en el marco de una investigación contra uno de los hijos del jefe de Estado, el senador Flavio Bolsonaro, acusado de desvíos de recursos públicos cuando ejercía su mandato como diputado regional por el estado de Río de Janeiro.
Según las acusaciones, Flavio Bolsonaro le exigía a sus asesores en la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro que le dieran una parte de sus salarios, lo que es ilegal, y Queiroz era el responsable por recaudar las sumas y depositarlas en cuentas de la familia Bolsonaro.
En un comunicado, el diario O Globo «repudió» la «agresión» del jefe de Estado a «un periodista que tan sólo ejercía su función de forma profesional» y afirmó que la «intimidación» muestra que el gobernante desprecia el deber de cualquier servidor público, sin importar el cargo, de ofrecerle explicaciones a la población.
La Asociación Nacional de Periódicos (ANJ) también emitió una nota de repudio. «Es lamentable que nuevamente el presidente reaccione de forma agresiva y destemplada a una pregunta de un periodista. Esa actitud en nada contribuye al ambiente democrático y a la libertad de prensa», asegura la nota firmada por el presidente de la ANJ, Marcelo Rech.
El presidente de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI), Paulo Jeronimo, afirmó que Bolsonaro «chocó al país con su comportamiento grosero», con el que muestra no sólo una «inaceptable falta de educación sino también un intento de intimidación a la prensa».
En las redes sociales rápidamente se hizo viral un mensaje en que se repite la pregunta que el mandatario no quiso responder: «Presidente @jairbolsonaro: ¿por qué su esposa, Michelle, recibió 89.000 reales de Fabricio Queiroz?».
La organización no gubernamental Reporteros Sin Frontera (RSF) ha denunciado en los últimos meses el elevado número de ataques de Bolsonaro a los medios de comunicación y a la libertad de prensa.
Según un estudio de la Federación Nacional de Periodistas, los ataques a comunicadores en Brasil, incluyendo asesinatos, agresiones y amenazas, saltaron un 54,07 % el año pasado, desde 135 en 2018 hasta 208 en 2019, y en su gran mayoría fueron ataques de responsabilidad del líder ultraderechista.
La Federación contabilizó el año pasado 121 declaraciones públicas en las que Bolsonaro atacó o desacreditó la prensa.
De acuerdo con RSF, la retórica del mandatario contra la prensa también ha incentivado a sus seguidores a intimidar a los periodistas.
En mayo pasado Reporteros Sin Fronteras exigió garantías de seguridad para los periodistas que cubren las declaraciones que el mandatario concede frente a la residencia oficial de la Presidencia ante el aumento de los ataques de seguidores del gobernante a la prensa.
«Reporteros Sin Fronteras denuncia la escalada de ataques contra la prensa e insta a las autoridades a intensificar las medidas de protección en el lugar para garantizar el trabajo de los periodistas», afirmó la organización en su nota.
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