Estos «graves errores» cometidos por el Ejecutivo que dirige el conservador Boris Johnson «aceleraron» la propagación de la COVID-19 y provocaron que «más gente se contagiase», de acuerdo con el estudio.
El informe respalda la cuarentena anunciada por Londres el pasado 26 de julio, que obliga a viajeros procedentes de países con alta incidencia de coronavirus, entre ellos España, a aislarse durante catorce días, pero lamenta que no se hayan establecido corredores aéreos con ciertas zonas consideradas seguras.
«La experiencia del Reino Unido con la COVID-19 ha sido mucho peor como consecuencia de que el Gobierno decidió no introducir una cuarentena durante marzo, lo que hubiese reducido el número de infecciones importadas», señala.
El comité recuerda que «miles de personas» infectadas con el SARS-CoV-2 «llegaron o regresaron» en febrero y marzo al Reino Unido, el país europeo más castigado por el coronavirus y el cuarto del mundo.
Las autoridades sanitarias británicas informaron este martes de que, en total, se han confirmado 306.293 infecciones y 46.210 fallecimientos desde que comenzó la pandemia, si bien las agencias de estadísticas han contabilizado al menos 56.400 certificados de defunción en los que se apunta al coronavirus como posible causa de muerte.
«El fracaso del Gobierno para tener en marcha medidas de cuarentena en marzo, cuando la infección se estaba propagando rápidamente, fue un grave error y provocó que la COVID se extendiera más rápidamente y llegase a más gente», explicó la presidenta del citado comité parlamentario, la laborista Yvette Cooper.
En ese sentido, esta miembro del principal partido de la oposición británica indicó que el Reino Unido era «casi el único» país que no tenía «controles fronterizos» o «medidas de cuarentena» en aquellas fechas, una situación que, en su opinión, ya «debería haber hecho que saltaran las alarmas» en el Ejecutivo.
«Muchos ministros -agregó Cooper- nos decían que estaban siguiendo las indicaciones de la ciencia, pero no podemos encontrar evidencia científica alguna que justifique su decisión inexplicable de eliminar el 13 de marzo todas las recomendaciones de autoaislamiento para los viajeros, cuando otros países estaban endureciendo medidas fronterizas».
Diez días después, recordó la laborista, Johnson ordenó el confinamiento obligatorio de toda la población, que comenzó a relajarse a principios de junio con diferentes fases y tiempos en la regiones del país (Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte).
«Nos dijeron que miles de personas con la COVID-19 regresaron al Reino Unido cuando cambiaron las recomendaciones. Así que, a mediados de marzo, cuando el número de gente con COVID que retornaba al país estaba en su punto más alto, se volvía a trabajar, a usar el transporte público o a visitar a familiares sin ningún tipo de cuarentena», concluyó.
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