Un hombre sale de una boca de metro en Londres.

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Reino Unido ha anunciado que ha decidido prohibir las reuniones sociales en domicilios en Mánchester y otras zonas del norte del país, argumentando que, «lamentablemente», las autoridades han detectado «un aumento en la tasa de transmisión» de la COVID-19.

Según ha explicado el ministro de Salud británico, Matt Hancock, la propagación de la enfermedad en estas áreas se debe, «principalmente», a que las personas se reúnen en los hogares y no respetan el distanciamiento físico.

Así, a partir de este viernes, las reuniones de personas de distintos hogares dentro de un domicilio quedan prohibidas en Mánchester, Leicester, Yorkshire oeste y Lancashire este, con el objetivo de «mantener a las personas seguras».

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«Llevamos a cabo esta acción con gran pesar, pero podemos ver las tasas crecientes de la COVID-19 en toda Europa y estamos decididos a hacer lo que sea necesario para mantener a las personas seguras», ha señalado Hancock a través de su cuenta en la red social Twitter.

El Gobierno ha indicado horas antes que aquellas personas contagiadas con la COVID-19 o con síntomas compatibles con la enfermedad deberán estar diez días en cuarentena, en lugar de siete, una recomendación que va en línea con las pautas emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Reino Unido ha confirmado este jueves 846 nuevos contagios y 38 fallecidos, lo que sitúa los totales en 302.301 y 45.999, respectivamente, desde el inicio de la pandemia en el país europeo.