Expresivo gesto de un policía en Saint-Etienne-du-Rouvray tras el atentado. | PASCAL ROSSIGNOL

TW
8

El grupo terrorista Estado Islámico ha reivindicado el ataque perpetrado este martes en una iglesia de la región francesa de Normandía, en el norte del país.

La agencia de noticias Amaq, vinculada a la organización yihadista, ha identificado a los asaltantes como «dos soldados de Estado Islámico», según el portal de seguimiento de información yihadista SITE.

El presidente de Francia, François Hollande, había explicado poco antes que el «atentado» en una iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray había sido cometido por «dos terroristas que decían ser de DAESH», acrónimo en árabe del grupo Estado Islámico.

Los dos terroristas degollaron «en un asesinato cobarde» al sacerdote de la parroquia e hirieron a dos personas, una de las cuales se halla muy grave, señaló en una declaración a la prensa tras llegar al lugar de los hechos, en la periferia de su ciudad natal, Ruán.

De acuerdo con testigos citados por medios franceses, los dos asaltantes gritaron «Alahu akbar» ("Dios es el más grande") durante su ataque antes de ser abatidos por disparos de la policía.

Hollande se reunió con la familia del sacerdote y con los rehenes que fueron retenidos durante cerca de una hora en la iglesia, quienes le manifestaron su «dolor, pero también su voluntad de entender».

El presidente agradeció la rapidez de las fuerzas de seguridad, que «intervinieron en un plazo extremadamente corto», lo que, a su juicio, evitó más muertes.

Hollande recordó que la amenaza «sigue siendo muy elevada», porque su país está ante una organización que le ha declarado una «guerra que hay que librar por todos los medios, pero respetando las leyes».

«Lo que quieren hacer estos terroristas es dividirnos», dijo, antes de recordar que, junto a Francia, países como Alemania u otros también están amenazados.

El cura asesinado, identificado como Jacques Hamel, tenía 84 años y trabajaba desde hacía diez en esa iglesia de Saint Etienne du Rouvray, donde era muy apreciado por los vecinos, según el vicario general de la archidiócesis de Ruán, Philippe Maheut.