Veintiún días es el periodo de incubación del virus en los humanos.
Ahora, la pequeña nación de África occidental entra en un periodo de alta vigilancia durante los próximos 90 días para evitar que la enfermedad resurja.
Hasta la fecha, y según el último informe sobre la situación del ébola de la OMS, fechado el pasado 4 de noviembre, en Sierra Leona 14.089 personas se han infectado con el virus, de las cuales 3.955 han muerto.
«La OMS felicita al Gobierno de Sierra Leona y a su población por haber logrado este significativo hito en la lucha del país contra el ébola», indica la entidad en un comunicado publicado en su página web.
«Sierra Leona logró este hito con mucho trabajo y mucho compromiso tras luchar contra la mayor epidemia de ébola jamás vivida en la Historia», agrega el comunicado.
La epidemia ha diezmado a la población y a su previamente ya pobre sistema sanitario.
El virus acabó con la vida de 221 profesionales de la salud.
Asimismo, se estima que unas 4.000 personas han sobrevivido al contagio, y sufren en diferentes niveles las consecuencias médicas del paso del virus por su cuerpo, como dolores musculares y problemas de visión.
Estas personas deberán obtener cuidados médicos, por lo que es esencial reconstruir cuanto antes el sistema de salud público, recordó la OMS.
Es por ello, que la entidad mantendrá personal local en el país por un periodo indeterminado de tiempo.
«Ahora tenemos una oportunidad única de apoyar a Sierra Leona a construir un sistema de salud público fuerte y resistente, y que esté preparado para detectar y responder a un nuevo brote, o cualquier otra amenaza de salud», indicó, citado en el comunicado Anders Nordström, representante de la OMS en Sierra Leona.
El pasado 9 de mayo, la OMS anunció el fin de la transmisión del ébola en Liberia, lo que convirtió a este país en el primero de los tres más afectados en superar el contagio de esta letal enfermedad.
No obstante, el 29 de junio, el virus volvió a ser identificado e infectó a seis personas, de las cuales dos murieron.
Posteriormente, el 3 de septiembre, la OMS volvió a declarar a Liberia «libre de transmisión de ébola».
Ahora solo queda Guinea Conakri como el único país con un brote activo de ébola.
Es por ello que la vigilancia debe redoblarse, porque mientras el virus esté latente en un país, puede infectar de nuevo a ciudadanos de otra nación.
No obstante, el virus está en fase de control, dado que en la semana que acabó el 1 de noviembre sólo se detectó un nuevo caso en Guinea.
Se trata de un recién nacido hijo de una mujer contagiada con el virus y que murió durante el parto.
El recién nacido y dos de sus hermanos, también contagiados con el virus, están recibiendo tratamiento.
La principal preocupación es que los tres casos confirmados la semana anterior tuvieron contacto con decenas de personas, lo que a pesar de su control, ha encendido las alarmas.
La OMS ha alertado en reiteradas ocasiones de que hasta que no haya ningún caso y se haya superado el periodo de extrema vigilancia de 90 días en las tres naciones, el peligro del resurgimiento de la enfermedad sigue patente.
El primer caso de ébola surgió en Guinea Conakry en diciembre de 2013, en marzo de 2014 se supo del brote y rápidamente se tuvo constancia de que el virus se había expandido a los países vecinos de Liberia y Sierra Leona.
En casi dos años la epidemia ha causado 29.607 infectados, de los que 11.314 han muerto.
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