En primavera es crucial saber cuando cerrar las cortinas para ahorrar en la factura energética. | Freepik

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Con la llegada de la primavera, los días se extienden y, junto a los primeros brotes de flores, la búsqueda de formas eficientes de mantener el hogar a una temperatura confortable se intensifica. En este escenario, un consejo práctico que resuena entre los expertos es simplemente cerrar las cortinas al atardecer. Esta práctica, popularizada por el experto en economía doméstica Martin Lewis en el portal Birmingham Live, ha sido señalada como una medida eficaz para optimizar el uso de la energía en el hogar.

La ciencia detrás de las cortinas

Las cortinas, más allá de ser piezas decorativas, desempeñan un papel significativo en el aislamiento térmico de las viviendas. Durante las horas de luz solar, se recomienda mantenerlas abiertas para permitir que el calor del sol se infiltre, calentando naturalmente el interior del hogar. Sin embargo, al llegar la noche, bajarlas ayuda a conservar el calor generado durante el día, evitando que se disipe y contribuyendo así a una mayor retención del calor en el hogar.

Este acto, que puede parecer trivial, cobra sentido especialmente a partir de mediados de marzo, cuando en lugares como España, el sol cae alrededor de las 19:45 horas. Cerrando las cortinas en este preciso momento, se maximiza el calor almacenado durante el día, optimizando así no solo la comodidad térmica sino también la eficiencia energética del hogar.

Para potenciar los beneficios de este hábito, los conocedores del tema recomiendan el uso de cortinas específicas denominadas térmicas. Estas cortinas, que generalmente tienen un forro de vellón, son unas excelentes aliadas para minimizar la pérdida de calor. De acuerdo con estudios recientes, los hogares que emplean este tipo de cortinas experimentan temperaturas interiores considerablemente más altas en comparación con aquellos que no las utilizan.

Beneficios tangibles en la factura energética

La práctica de cerrar las cortinas no es solo una cuestión de comodidad, sino que se traduce en una reducción palpable de la factura energética. Al retener el calor en las horas más frescas del día, se disminuye la necesidad de recurrir a sistemas de calefacción que, inevitablemente, incrementan el consumo de energía. Esto no solo alivia el bolsillo sino que también contribuye a la sostenibilidad del hogar, un objetivo cada vez más relevante en nuestro contexto moderno.

En conclusión, con la prolongación de los días de primavera y el aumento de las temperaturas, el simple acto de cerrar las cortinas a una hora estratégica puede marcar una diferencia considerable en el confort y la eficiencia energética del hogar español. A través de esta práctica, se demuestra que un pequeño cambio puede tener un impacto significativo, ofreciendo un hogar más cálido y acogedor sin incurrir en gastos energéticos elevados.