Aunque están hechas para aguantar bajas temperaturas, el frío extremo puede generarles grietas e irritaciones. | Freepik

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Con la llegada del invierno, es común disfrutar de paseos con nuestros perros, incluso en entornos nevados. Sin embargo, el frío, la nieve y la humedad pueden afectar negativamente las almohadillas de sus patas, provocando desde sequedad hasta lesiones más graves.

Cómo afecta el frío a las almohadillas

Las almohadillas de los perros están diseñadas para soportar diversas condiciones climáticas gracias a su gruesa capa de grasa interna, que actúa como aislante térmico. Este sistema permite que la circulación sanguínea mantenga la zona caliente, evitando la congelación. No obstante, el frío extremo puede causar grietas y heridas en estas áreas sensibles. Además, la acumulación de nieve y hielo entre los dedos puede provocar cortes e irritaciones.

Perros más vulnerables al frío

Los perros que viven principalmente en interiores suelen tener las almohadillas más suaves y, por ende, son más susceptibles a las superficies rugosas y frías. Los cachorros y los perros ancianos también requieren atención especial: los primeros tienen almohadillas más blandas y propensas a irritaciones, mientras que en los segundos, la piel tiende a resecarse con la edad, aumentando el riesgo de grietas.

Medidas preventivas y cuidados

Para proteger las almohadillas de tu perro durante el invierno, considera las siguientes recomendaciones:

- Recorte del pelaje interdigital: Mantén el pelo entre las almohadillas y los dedos recortado para evitar la formación de bolas de nieve y hielo que puedan causar molestias o lesiones.

- Uso de bálsamos protectores: Aplicar cremas o bálsamos específicos antes de los paseos ayuda a hidratar y crear una barrera contra el frío y la humedad, previniendo grietas y heridas.

- Revisión post-paseo: Al regresar a casa, limpia y seca cuidadosamente las patas de tu perro. Esto es especialmente importante si ha estado en contacto con nieve o sal utilizada para derretir el hielo, ya que estos elementos pueden irritar o dañar las almohadillas.

- Botas protectoras: Aunque algunos perros pueden resistirse al principio, el uso de botitas diseñadas para mascotas ofrece una protección adicional contra superficies heladas y productos químicos.