Se trata de un truco muy económico que todo el mundo puede aplicar. | Wirestock

TW
0

La condensación en las ventanas es un problema común en los hogares durante los meses fríos. Este fenómeno ocurre cuando el aire cálido y húmedo del interior entra en contacto con las superficies frías de los cristales, formando pequeñas gotas de agua. Además de limitar la visibilidad, la acumulación de humedad puede propiciar la aparición de moho y deteriorar los marcos de las ventanas, afectando la salud y la estructura de la vivienda.

Tradicionalmente, se ha recurrido a métodos como el uso de bayetas o desinfectantes para limpiar estas superficies. Sin embargo, existe un remedio casero, heredado de nuestras abuelas, que resulta efectivo y económico: utilizar sal de mesa o granos de arroz para absorber la humedad.

La sal y el arroz son conocidos por sus propiedades higroscópicas, es decir, su capacidad para atraer y retener moléculas de agua del entorno. Para aprovechar este truco, basta con colocar una pequeña cantidad de sal en un recipiente o unos granos de arroz en un cuenco o bolsa de algodón, y situarlos en el alféizar de la ventana o cerca de las áreas propensas a la condensación. Estos elementos absorberán el exceso de humedad presente en el aire, reduciendo la formación de gotas en los cristales y ayudando a mantenerlos secos.

Es importante cambiar la sal o el arroz periódicamente, ya que con el tiempo pueden saturarse y perder eficacia. Una señal de que es momento de reemplazarlos es cuando la sal se vuelve húmeda y comienza a apelmazarse, o el arroz adquiere una textura más blanda. Este sencillo remedio no solo es fácil de implementar, sino que también es una alternativa ecológica y económica a los productos químicos deshumidificadores disponibles en el mercado.

Además de este truco, es recomendable adoptar hábitos que ayuden a controlar la humedad en el hogar. Mantener una ventilación adecuada, especialmente después de actividades que generan vapor, como cocinar o ducharse, es fundamental. Abrir las ventanas durante al menos 10 minutos al día permite la circulación de aire fresco y disminuye la humedad acumulada. Asimismo, el uso de cortinas gruesas y bien forradas puede ayudar a mantener las habitaciones cálidas y reducir la probabilidad de condensación en las ventanas.

Regular la temperatura interior también es clave; se aconseja mantenerla en torno a los 19 grados Celsius para evitar contrastes térmicos que favorezcan la condensación. En casos de humedad persistente, considerar la instalación de deshumidificadores puede ser una solución efectiva para mantener un ambiente saludable.