El agua de mar no solo tiene grandes cantidades de sal, sino que también puede estar contaminada por químicos. | Freepik

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Beber agua del mar puede parecer una opción tentadora para algunas personas, especialmente cuando están en la playa y buscan refrescarse. Sin embargo, esta práctica puede tener consecuencias graves para la salud debido a su alto contenido de sal y otros contaminantes. A continuación, se detallan los principales riesgos asociados con el consumo de agua de mar.

Deshidratación severa

El agua de mar contiene aproximadamente 35 gramos de sal por litro, una cantidad extremadamente alta comparada con los niveles recomendados para el consumo humano. Ingerir agua salada provoca que el cuerpo pierda más agua de la que ingiere, ya que los riñones necesitan eliminar el exceso de sal. Esto puede llevar a una deshidratación severa, manifestada en síntomas como sed extrema, debilidad, mareos y, en casos graves, insuficiencia renal.

Desequilibrio electrolítico

El consumo de agua de mar altera el equilibrio de electrolitos en el cuerpo, esencial para el funcionamiento normal de los músculos y nervios. Un exceso de sodio puede provocar hipernatremia, una condición que causa confusión, convulsiones e incluso coma. Además, la alta concentración de magnesio y otros minerales puede afectar negativamente el sistema cardiovascular.

Contaminantes y microorganismos

El agua de mar puede estar contaminada con desechos industriales, productos químicos y microorganismos patógenos, incluyendo bacterias, virus y parásitos. Beber agua contaminada puede llevar a infecciones gastrointestinales, diarrea, vómitos y enfermedades más graves como hepatitis y cólera. Incluso el agua marina embotellada, que se presenta como una opción más segura, puede no estar completamente libre de contaminantes.

Mitos sobre los beneficios

A lo largo de los años, han surgido mitos sobre los supuestos beneficios de beber agua de mar, como su capacidad para desintoxicar el cuerpo, mejorar la digestión o reforzar el sistema inmunológico. Sin embargo, estos beneficios no están respaldados por evidencia científica. De hecho, los expertos señalan que el cuerpo ya cuenta con mecanismos naturales para eliminar toxinas, principalmente a través del hígado y los riñones, sin necesidad de ayuda externa.