Si hay algo que distinga al verano del resto de estaciones es, sin duda, la gran luminosidad que aporta a lo largo de la temporada. Y es que los cielos despejados y las noches cortas hacen del sol protagonista durante el día, siendo las horas de luz mucho más frecuentes que los momentos de oscuridad. Sin embargo, a pesar de lo que pensaría la mayoría de gente, el verano es una estación ideal para alzar la mirada al cielo estrellado para observar fenómenos astronómicos y lunares que a más de uno le quitarían el aliento, donde se incluyen el triángulo del verano, las Acuáridas y las afamadas Perseidas.
Superlunas
Con un total de ocho este año, las superlunas son un fenómeno astronómico en que coincide en que una luna llena se encuentra en el perigeo, es decir, el punto donde la luna y la Tierra se encuentran más cerca entre ellas. Este fenómeno no solo hace que el satélite se vea un poco más brillante y grande de lo habitual, sino que también tiene efectos en las mareas, que acostumbran a ser más intensas y duraderas durante las superlunas.
En verano caerán dos superlunas: una el 19 de agosto, y otra en 18 de septiembre, también llamada luna de la cosecha, la cual está estrechamente vinculada desde la antigüedad con la abundancia y los cultivos de otoño al proporcionar esta luna luz adicional a los agricultores para que pudieran seguir trabajando antes del invierno. También, aparte de las superlunas, el 21 de julio tendrá lugar la luna del ciervo, un fenómeno que tiñe el satélite de un marrón brillante y cuyo nombre viene de las astas del animal, que salen durante esta época del año.
Las Delta Acuáridas
Una de las lluvias de estrellas más tempranas de la época estival no son otras que las Delta Acuáridas, que vienen asociadas con el Cometa Halley que deben su nombre a su radiante, Acuario. Y es que este fenómeno, aunque no es tan visible como las Leónidas o las Perseidas debido al número de meteoros que lo componen, tiene más potencial de ofrecer vistas espectaculares, ya que las estelas de las rocas son más persistentes y largas. Este año, las Acuáridas podrán verse en su mayor esplendor entre el 30 y 31 de julio, aunque habrá posibilidad de verlas hasta el 4 de agosto.
El triángulo del verano
Uno de los fenómenos astronómicos que podrán verse a lo largo de todo el verano no es otro del llamado triángulo del verano, una pseudoconstelación o asterismo (nombre que recibe un conjunto de estrellas cuya forma no ha sido reconocida oficialmente) que solo aparece durante la época estival con la alineación de las estrellas Vega, de la constelación Lyra; Deneb, de Cygnus, y Altair, de Aquila, las cuales cada una de ellas son las principales de su propia constelación.
Este triángulo estelar es fácilmente reconocible durante todo el verano y ha sido utilizado desde tiempos antiguos para la navegación y como referencia astronómica. De hecho, este asterismo no solo es útil para localizar otras estrellas y constelaciones, sino que también es una figura central en diversas culturas y mitologías. En el hemisferio sur, aunque visible, aparece más cerca del horizonte y en una posición invertida.
Las Perseidas
Probablemente una de las lluvias de estrellas más famosas no solo en España, sino en todo el mundo, las Perseidas, también llamadas como Lágrimas de San Lorenzo, destacan por ser un fenómeno astronómico que sucede de manera regular cada año y que suele ser bastante visible durante su temporada de avistamientos, puesto que lo único que se necesita es un cielo despejado y poca iluminación artifical para ver los efímeros pero numerosos rayos de luz cruzando el firmamente. Su nombre, Perseidas, proviene de la constelación de Perseo, de donde tiene su radiante.
Estos cometas pueden alcanzar hasta 50 kilómetros por segundo y su actividad puede alcanzar hasta 200 meteoros por hora. Aunque el pico de actividad ocurre entre las noches del 11 y 13 de agosto, esta lluvia de estrellas suelen comenzar a ser visibles alrededor del 17 de julio y continúan hasta aproximadamente el 24 de agosto.
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Son fenómenos astronómicos, no atmosféricos. La luna, el triángulo de Verano (formado por las estrellas Vega, Altair y Deneb) están fuera de la atmósfera terrestre, en el espacio.