El pasado mes de agosto las dos acudieron al Museo Sa Bassa Blanca, la última aparición pública de Irene en Mallorca. Sofía y su hermana disfrutaron de los espacios expositivos del museo de Alcúdia que acoge la Fundación Yannick y Ben Jakober acompañadas por su prima, la princesa Tatiana Ratziwill, su marido, el cardiólogo francés Jean Henry Fruchaud, y Begoña Bilbao con sus nietos. Tras recorrer las distintas exposiciones del espacio artístico, que este año ha cumplido 30 años, el grupo se trasladó a almorzar a la cafetería La Paloma. Pero si hubo una salida que llamó la atención fue el día que cenaron en el Portitxol junto a les Reyes y sus hijas, Leonor y Sofía: Letizia estuvo muy pendiente de Irene en todo momento e incluso le daba la mano.
La reina Sofía afronta un año complicado. Su hermano menor, Constantino II, falleció el mes de enero a los 82 años en una clínica privada de Atenas, casi una década después de regresar a su país natal tras 46 años en el exilio. El último rey de Grecia y su esposa Ana María habían sido expulsados del país tras la caída de la Junta de los Coroneles en 1974, que dio fin a un breve reinado de siete años, y tan solo regresaron a Grecia en 2013. Doña Sofía mantenía una estrecha relación con su hermano y su nuera, quienes pasaron muchos veranos en Marivent.
Tal era su unión que en el mes de octubre de 2021 los tres hermanos coincidieron en la boda de su sobrino, Philippos de Grecia y a principios del mes de junio del año pasado Sofía estuvo en Grecia casi una semana con motivo del 81 cumpleaños de Constantino. Fue una visita además con un alto componente institucional, puesto que fue recibida por la presidenta griega y visitó con la ministra de Cultura la nueva Galería Nacional en Atenas.
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Idò com la infanta Cristina que també va olvidar tot lo que havia firmat amb s'homo